viernes, 28 de marzo de 2014

Diversión y crueldad



Sí, es muy excesiva y muy larga, y tiene un montón de cosas dentro; es la forma en la que Scorsese nos dice a los que le hemos seguido durante años: "Muchachos. Hice "Hugo" porque quería el premio, pero sólo por eso. Hice la de la prisión porque quería que supiéseis que puedo ser más raro que Lynch o Malick. Pero uno nunca se cansa de lo bueno..." Y lo bueno es THE WOLF OF WALL STREET, que dura tres horas y alecciona a la sociedad acerca de cómo montártelo para engañar a un montón de gente, hacerte multimillonario y gastártelo todo en putas, drogas y... y cualquier cosa inútil que se te ocurra. Olvídate de tus tendencias moralistas y echa un vistazo a esta sinfonía pasada de revoluciones, a lo mejor es más instructivo sobre a quién llevas toda la vida dándole el dinero; Jordan Belfort no es un mesías ni un diablo, es un producto genuino de un sistema, y a ese sistema lo alimentamos entre todos. Y seríamos unos hipócritas si tomáramos esta película divertidísima, reveladora y acusadora a partes iguales como una especie de tratado de por qué estamos como estamos, porque todo el mundo sabía que estaríamos como estamos, no se puede ser tan imbécil. A diferencia del tiburón diseñado por Oliver Stone hace 25 años, aquí el poder no detenta tanta relevancia; se trata de un niño insaciable en un cuarto de juguetes que no para de crecer; se trata del tipo que pasa diez horas diarias en el bar de la esquina, pero con mucho más dinero; se trata de hacer creer que lo que no existe sí que existe (no se pierdan el desquiciado parlamento de un genial Matthew McConaughey, que marcará todo el devenir del film). Por un lado están los Ferraris, los yates, el dinero tirado a la basura, los kilos de cocaína (y otras sustancias) y la sensación de invulnerabilidad; por el otro está la capacidad de Scorsese para que nada se le vaya de las manos, para dominar un torbellino de personajes y situaciones con un Leonardo DiCaprio superlativo sosteniendo toda la función como si hubiese nacido concretamente para este papel. Y a lo mejor no es una grandiosa obra maestra porque tampoco lo pretende, sino que se conforma con hacer muy bien lo que hace; y a lo mejor a Scorsese le tenían que haber premuiado por esta genuina demostración de su talento... aunque sea capaz de asustar a la Academia...
Saludos.

4 comentarios:

ricard dijo...

Es una lástima que algunos la acusen de superficial. Que no digo que no lo sea pero, como tú bien dices, rebosa talento. Saludos.

dvd dijo...

A mí una historia que es capaz de conectar 25 años en el tiempo, valerse de un pretérito para explicar el presente, es de todo menos superficial.

Mister Lombreeze dijo...

Es brillante pero superficial.
A mí no me parece una película que denuncie ni explique nada de lo que está pasando ahora (si acaso, una pequeña parte casi anecdótica) sino una novela picaresca llevada al cine, una crónica de una época protagonizada por el Guzmán de Alfarache de Wall Street.

dvd dijo...

Me parece una síntesis, Mr., absolutamente elocuente. Yo me divertí mucho viéndola; Scorsese aún sabe cómo hacerme reír y temblar... ¡y me encanta!...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!