sábado, 8 de marzo de 2014

El infierno. Los otros



No entiendo la nominación de THE ACT OF KILLING para los oscar como mejor largometraje documental. Si nominas un trabajo tan poderoso e implacable como éste es para darle el premio y cerrar el buzón de sugerencias; y ponerle al lado una agradable y complaciente all ages como A 20 PASOS DE LA FAMA, y darle el premio, y enterrar lo que hay en estas casi tres horas (vean el uncut o no vean nada)... como que no. El documental de Joshua Oppenheimer es un desquiciado descenso al horror de ahí al lado, y parece mentira que casi nadie se haya enterado de nada, porque lo que pasó en Indonesia hace cuarenta años fue infinitamente peor que lo peor que hiciese el diabólico Saddam Hussein, por poner un ejemplo reciente. En Indonesia se mataron a 2.500.000 personas por el ejército paramilitar que dio el poder al general Suharto. "Comunistas", los llamaban; como si les hubiesen puesto "ciclistas" o "encofradores". Porque daba igual todo aquello, porque lo que ocurrió en la idílica Indonesia fue un genocidio en el que ningún salvador del mundo metió las narices (¿les suena de algo Vietnam?), con la unica intención de instaurar un régimen de control absoluto revestido con oropeles de libertad neocolonialista. Es decir: la mayoría vive en la miseria y la minoría hace lo que le sale de los huevos. Pero enfocando la atención al documental en sí, la palabra que me viene insistentemente es "incomodidad", la misma que recorre cada fotograma de su diabólico entramado. La propuesta no puede ser más retorcida: filmar a algunos de los antiguos líderes del sanguinario movimiento y hacerles creer que van a protagonizar una película en la que quedarán inmortalizados como los héroes liberadores de su nación, oprimida por los comunistas. Así, lo que vemos es a los asesinos actuando con toda naturalidad ante nosotros, soñando con llegar a Hollywood (¿acaso no lo han logrado de alguna manera?) y escenificando sus terribles métodos de tortura y exterminio.
Puede que a Oppenheimer se le vaya la mano en algunos momentos casi oníricos (esas coreografías llenas de colorido...), lo que le ha granjeado no pocas críticas acerca de su discutible tratamiento de la moralidad en un asunto tan espinoso como éste; pero no es menos cierto que, antes de él, el glorioso y magnánimo Occidente había estado mirando para otro lado, mientras existía un país donde los locos llevaban décadas construyendo un infierno sobre la Tierra. Pero claro, son "los otros"...
Brutal, terrorífica y muy pero que muy inteligente.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!