martes, 4 de junio de 2013

Los peligros de la sobreexposición



La película alemana HELL, estrenada en 2011, me sirve para profundizar un poco acerca de un mal endémico que viene afectando, desde hace algún tiempo, a un tipo de cine inequívocamente comercial pero que intenta desmarcarse de tópicos, manías y lugares comunes. El apocalipsis y sus variantes; el grupo heterogéneo de personajes, que alude a una interconexión argumental que sólo en contadas ocasiones se salva de la chapuza; el "elemento desestabilizador", que impone la nota misteriosa y luego va esclareciéndose; y, por último, una estructura en embudo absolutamente deudora de videojuegos. Y he ahí el quid.
HELL nos cuenta el enésimo fin del mundo, esta vez provocado por un importante crecimiento de la temperatura del sol, lo que dejará a la Tierra como un planeta desértico por el que deambulan unos pocos supervivientes que básicamente se limitan a no salir al exterior y buscar posibles fuentes de agua. Vale, de acuerdo, lo hemos visto muchas veces pero aun así podría seguir siendo divertido. HELL es divertida mientras estamos desorientados, mientras observamos a un trío silencioso que viaja en un coche opaco y la estupenda fotografía de Markus Förderer es capaz de recrear exactamente qué tipo de lugar se nos está describiendo; incluso algunos matices están bien resueltos, como el hecho de que la noche (al contrario de lo que podríamos pensar) no sea recomendable para excursiones, puesto que no todo el mundo tiene las mismas intenciones. Sólo hay un problema, y no es pequeño: a la mitad de la peli ya estamos hartos de lo que se nos está contando, no aporta nada nuevo y poco a poco va derivando hacia lo que el género fantástico va derivando poco a poco, que no es otra cosa que remedar LOST. Así, el peligro de este género es esa sobreexposición que sus personajes van evitando en todo momento... el del sol que más calienta...
Aun así, si no tienen nada que hacer una tarde de Domingo y (importante) su aire acondicionado da fresquito, puede que les sorprenda moderada y humildemente.
Saludos en Junio...

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!