lunes, 3 de junio de 2013

De verdad... Jean Rouch #5



A ustedes, que creen haberlo visto todo, que seguirán ávidos de la "nueva imagen", de lo nunca visto, no les vendría mal un paseo por una de las filmaciones clave para entender por qué Jean Rouch es cine de la verdad, de cómo la realidad no sólo supera a la ficción, sino que es la única vía para comprender por qué se hacen ficciones. LES MAÎTRES FOUS es un fascinante y visceral zarpazo visual desde el corazón mismo de un superstición que, bajo la mirada limpia y honesta del documentalista francés, cobra una dimensión cambiante, de una extrañeza casi imposible de describir, de hecho, la habitual narración de Rouch, sin abandonar su inmediatez, bien parece quedar impregnada del ambiente eléctrico y malsano de lo que, sin exageraciones, se advierte al principio como "una experiencia violenta". La cosa es simple: Accra. Un grupo de nativos provenientes del exterior de la gran ciudad se reúne para un extraño ritual bajo trapos de colores y una estrafalaria estatuilla ataviada con gafas y a la que estamparán un huevo. La Union Jack y el habitual penacho que luce el gobernador. Para los que no vean más que las imágenes serán un grupo de negros en éxtasis, echando espuma por la boca, quemándose con antorchas y comiéndose un perro cocido; para quien, como Jean Rouch, tiene una necesidad intransigente por "conocer", cada movimiento espasmódico responde a la rigidez marcial que, efectivamente, el negro colonizado tampoco entiende. El negro, que ya estaba allí, atiende con curiosidad a unos seres con casacas rojas, plumas en la cabeza y palos que escupen fuego, y lo imita a su manera. A su manera, LES MAÎTRES FOUS es una película tan esclarecedora como terrorífica. Véanla.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!