miércoles, 12 de junio de 2013

El iluso



Hacer hoy día una película como BILLY LIAR (50 años la contemplan) podría dar motivo a una urticaria/rechazo poco menos que significativa ante el canto hedonista llevado a cabo por John Schlesinger en una de sus primeras (y mejores) películas, y que amplificaba la onda expansiva que se encontraba de inicio en la estupenda novela de Keith Waterhouse. No sólo se trata de una ridiculización de cada molécula glorificadora de la familia tradicional y su inacabable muestrario de trampas mortales (cepos morales) para el joven soñador, sino que elevaba la figura del holgazán rompecorazones a la altura del único verdadero héroe admisible en una sociedad dominada por la represión y la mediocridad. Esta tan marciana descripción se llamó, no sin sorna británica, The Leading Man, y tuvo en Tom Courtenay su encarnación más certera y entrañable, la más recordada desde luego. Este Billy Fisher abre su incesante dentro/fuera montando una fantástica orgía circense/militar en mitad de su asquerosamente aburrida ciudad de provincias, sólo para despertar apoyado en uno de los ataúdes del asquerosamente aburrido trabajo que desempeña en la funeraria local. Billy quiere irse a Londres y ser guionista, pero su ídolo es un mediocre con brillantina en el pelo; Billy tiene una... dos... tres novias que no se conocen entre sí, y a cada una les ha regalado flores y les ha hecho promesas de matrimonio, pero la única chica que de verdad lo quiere es, curiosamente, la más guapa e inteligente, así que para Billy se trata de una quimera inalcanzable. Es decir, que Billy Fisher nos es mostrado como un iluso irreductible, un tipo incapaz de salir de sus estrambóticos sueños de rebeldía precisamente porque en la vida real es un pelele apegado a sus ritos y costumbres. Cuando llega la hora de la partida, Billy debe decidir, porque si cambiase de golpe toda su vida a lo mejor ahí se acababan todos los sueños... Decididamente es imposible hacer hoy día una película tan de otro mundo...
Saludos de mentira.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!