viernes, 21 de junio de 2013

Besos, azúcar y cigarrillos



MY BLUEBERRY NIGHTS fue, hasta hace poco, una de esas películas a las que no lograba encontrarle un hueco en mi agenda cinéfila, bien por desidia, por desconfianza o por un instinto aún no registrado que me advierte del potencial apriorístico de una película. La vi... ¿y qué quieren que les diga?... Es Wong Kar-Wai, sí, y no sé si eso significa gran cosa, porque nunca he creído lo suficiente en los artistas que anteponen (puede que inconscientemente) su nombre, su "yo" ("La de Almodóvar... La de Lynch") a su obra, que es lo que debería importar. Pero el de esta película es un caso curioso, porque se puede intuir que la América del director hongkonés es forzadamente americana, casi con una impudicia que difícilmente se le ocurriría organizar a un director norteamericano; y aun así, es cierto que sus personajes están bien dibujados, mucho mejor (por eso digo que todo es tan raro) de lo que el cine hollywoodense nos suele acostumbrar. MY BLUEBERRY NIGHTS parece un Jacques Demy pasado por el filtro de Alan Rudolph... Pigalle en Brooklyn... a lo mejor estoy perdiendo la cabeza yo, claro, ¿pero qué esperaban de un film en el que la alabanza del romanticismo incluye tartas caseras, café, cuellos altos y cigarrillos apoyados en escaparates multicolores? Esto en un libro queda bien, se puede moldear a la manera de Philip Roth, dotarlo de un sentido mayestático que en este film la endeble Norah Jones nunca llega a lograr; mejores, sin embargo, están Jude Law (y eso que tiene el papel menos agradecido de todo el film), Natalie Portman, Rachel Weisz y David Strathairn, y muy especialmente estos dos últimos, cuya escindida aparición, casi un capítulo aparte en sí mismo, podría haber dado lugar a una historia más interesante ¿O es que el whisky no sigue siendo mucho más interesante que los batidos de chocolate?...
Mis más sinceros saludos.

4 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Usted es un tipo duro, sin duda.

dvd dijo...

No, no crea... El de mañana sí lo era...

Anónimo dijo...

Esta película está más cerca de la pastelería fina que de la bollería industrial. Sí consigue el enfoque al interior de los personajes a través de. Pero desde que usted cambió el whisky tejano por los anisettes pernod ricard, recordemos a un tipo duro que no confundió el country con el cointreau.


https://www.youtube.com/watch?v=uuFNam0eT_A

dvd dijo...

Joer, el country con el cointreau... es de las mejores frases que he leído desde hace tiempo...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!