sábado, 18 de mayo de 2013

A Raymond Chandler



Dos años después, José Luis Garci dio carpetazo definitivo al detective Areta con EL CRACK DOS, así, escrito con letras. Repleta de licencias, esta no-secuela, que más parece el capítulo final de una serie de dos episodios, abunda menos en los impecables retratos de secundarios y su trama principal, una especie de enrevesado galimatías de contrabando farmacéutico, palidece ante lo que de verdad importa: Alfredo Landa poniendo cara al hastío de quien ya lo ha visto todo y sabe que no puede hacer nada por cambiar la realidad. Sólo a Garci se le podía ocurrir poner al mismo actor (José Manuel Cervino) como jefe de la Policía después de haber actuado como delincuente de poca monta en la primera, o que otra vez la acción transcurriese en Navidad; empezar con el famoso mechero de la primera parte o darle un papel a uno de los maestros del doblaje, Rafael de Penagos... Precisamente Garci, que siempre ha preferido las voces dobladas. EL CRACK DOS es Areta contenido, cuando podría haberse desencadenado por completo, autodestruirse en un último órdago, como el que lanza en esa antológica escena inicial en la que Garci abre con un primer plano de la mirada feroz de Landa... puede que en peligro, mirando a un lado y a otro, pero que al abrirse el ángulo descubrimos que no está más que jugando al mus. Es público que a Garci le hubiese gustado continuar la saga, pero tuvo que cerrar aquí por motivos de presupuesto, algo que se nota, de tapadillo, en cómo pasa rápidamente por lugares en los que en la primera se detenía y recreaba mucho más (las conversaciones, las dobles intenciones). Al final uno piensa que Areta está perdido, que su fin se escribirá con sangre; la venganza de guion de Garci, no obstante, consiste en dejarle frente a un pobre Arturo Fernández que parece estar a punto de exclamar "¡Pero qué pasa, chatín!"... La película es estupenda porque está muy bien escrita (tiene una línea de diálogo entre Alfredo Landa y José Bódalo simplemente antológica), pero podía haber aspirado a algo más alto, más recrudecido... Pero siempre nos quedará Germán Areta, investigador bajito, con bigote y muy mala leche...
Saludos.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buenas las dos. Y tu homenaje a Landa (qué coraje me da ese ridículo término de landismo, por lo injusto de tener que cargar, sí, con la nauseabunda producción tardofranquista a cuestas) con estas dos películas con las que Garci rinde culto a su cinefilia en general : ─Quién es tu médico. ─ Mi médico es Zhivago, el doctor Zhivago.(Mía desde ya), y al género negro en particular.
Y al western, diría yo (las maneras de encañonar pistola y las pose de tipo duro son del lejano y tabernero Oeste. Y Landa lo borda). Las dos son puro amor al cine.
Están todos geniales. Quizás desentone la interpretación de María Casanova, entiendo que se dedicara a otras cosas. Geniales los diálogos, las tomas de la ciudad, los escenarios. Y la música de Glück, que acompaña y tiñe de un azul taciturno y melancólico a lo negro clásico del género, empezando por su protagonista, y le da esa impronta de Garci. (Fíjate, que me ha parecido oír de fondo a El golpe cuando El moro ─Rollán auténtico en las dos─, cómicamente atildado, registra en los cajones. Quizás sea un guiño a los dos guaperas americanos en sus versiones vaqueras y gansteriles al alimón).

Te dejo el cerrojazo de Areta, carpetazo de Garci al detective, con Bach por saxo despegando el ya imparable vuelo de Landa.

Ciao amico.

https://www.youtube.com/watch?v=NlaTS83XKO8

dvd dijo...

Nunca me ha gustado María Casanova, ni como actriz ni muchísimo menos como desfasada crítica de cine. Uno ve estas dos películas y se explica muchas cosas sobre un tal Enrique Urbizu; que para evitar el malentendido, es uno de los mejores directores españoles en la actualidad.
Otra frase para la posteridad: "Baja eso, que yo también soy jardinero"...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!