martes, 2 de abril de 2013

Maldad en la nieve



Si yo tuviese que elegir un western verdaderamente bizarro y que, al mismo tiempo, no me hiciese dudar de mis propias convicciones cinéfilas, no dudaría en señalar IL GRANDE SILENZIO; una película tan extraña, desubicada y, sin embargo, con una tensión excepcionalmente emocionante, que cuesta trabajo dejarla a su suerte en ese indómito maremágnum que es el spaghetti. Y es que, si se pone uno a describir esta locura ideada por el nunca suficientemente valorado Sergio Corbucci, ese todocamino del celuloide, nos daremos cuenta de sus muchas singularidades. Rodada íntegramente en un entorno hostil y nevado, cuenta (es un decir) la historia de "Silencio", un pistolero que porta un arma repetidora y que no habla nunca; mientras lo vemos enfrentarse a todo tipo de enemigos, sin razón aparente, veremos cuál es su verdadero propósito: llegar hasta una apartada aldea en la que una mujer (¡negra!) le ha contratado para que acabe con la vida de "Tigrero"... ¿Y quién puede ser alguien con un nombre tan sugerente? No cabe controversia: Klaus Kinski, que borda el papel de un lunático (en el más extenso sentido de la palabra) que disfruta jodiendo a quien se le ponga por delante. Así, entre encuentros y desencuentros, demostraciones de tiro, huidas, persecuciones, renegados devoradores de caballos y mucha, pero que mucha nieve, Corbucci factura un entretenidísimo producto para casi todos los paladares. El "casi", creo, lo pone uno de los finales más inesperados y sorprendentes de la historia del cine, y no estoy exagerando nada. Cuesta imaginar al recientemente "hanekiano" Jean-Louis Trintignant como el silencioso vengador de un spaghetti western, pero hasta eso resulta un sorprendente acierto. Tarantino no existiría sin estas películas...
Saludos


2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Es una película muuuuuuuuuy marciana. Para mí es el western más marciano junto con "El Topo".
Yo no voy a destripar el final, pero joder... te deja con un cuerpo... Solamente por eso merece la pena, aunque no me atrevería a calificarla de buena, (lo mismo que no me atrevería a calificar a Corbucci como "director de cine") pero es uno de los spaguetti westerns menos malo fuera del universo Leone.
Imprescindible para los fans de Klaus Kinski. Me gusta mucho el look de Trintingnant, Corbucci fue un maestro en este aspecto.
Tarantino idealiza su adolescencia, como hacemos todos.
De todas formas el género debería llamarse "espaguetis con chorizo" western, para honrar al pionero del asunto, que fue un español: Romero Marchent.

dvd dijo...

Es verdad que la peli tiene su punto cutre, pero es que si no no sería italiana ni de Corbucci, claro... Yo creo que al que no la conozca le puede sorprender lo entretenida que es... y lo malo que es Klaus Kinski, que es que está pirao el tío...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!