miércoles, 17 de abril de 2013

Pan ácimo y nueces



John Wayne dirigió un western absolutamente imbuido del espíritu de su gran maestro, John Ford; los resultados, como no podía ser de otra manera, fueron controvertidos. THE ALAMO es un western muy muy grande... pero no por su calidad, aunque la tiene y no poca; es grande en sus pretensiones, en su ejecución e incluso en sus segundas lecturas, las más discutibles y que pertenecen, en su mayoría, a aspectos fundamentalmente sociopolíticos. Creo que a estas alturas el talante republicano de Wayne no se le escapa a nadie, y quizá su falta de mano izquierda para manejar asuntos tan escabrosos como las brutales anexiones de los territorios lindantes entre México y Texas (ojo, tanto de una parte como de la otra) termine por pasarle factura a una película que, como dije antes, no es mala ni mucho menos. Antes bien, si quisiésemos tomar un atajo para desmenuzarla en tiempo récord, yo diría que se hiciesen a la idea de un SALVAR AL SOLDADO RYAN pero al revés; es decir: con el clímax justo al final. Un clímax angustioso, vibrante, reverberante, de muchísimos decibelios y un pulso para narrar la acción en grandes espacios francamente notable. Es ahí donde Wayne se coloca el parche mágico de Ford y lo borda; en el otro extremo, cuando necesita hacer hablar a sus personajes, salvarlos del maniqueismo político que pende sobre cada escena, falla estrepitosamente y sólo consigue un muestrario de bustos parlantes con poca o nula controversia. THE ALAMO es una película, por tanto, excesiva, que alarga la espera hasta donde se cuecen las habas de manera innecesaria; apenas el personaje más interesante, un Davy Crockett que Wayne se reservó para sí mismo, consigue unir a unos secundarios que se intuyen muy lejos unos de otros, pese a contar con un estupendo Richard Widmark y un solvente Laurence Harvey. En los aciertos, aparte del grandioso despliegue de extras, está una maravillosa banda sonora a cargo del maestro Dimitri Tiomkin. Aparte de estas consideraciones, menos nueces le habrían venido que ni pintadas a un guiso compuesto en su base por un insulso pan ácimo; consistente, pero sin explosionar en paladares acostumbrados a mejores frituras.
Saludos sitiados.

3 comentarios:

David dijo...

Hace muchos años que no la he vuelto a ver. Pero coincido en lo de la banda sonora, que la tengo por aquí... con momentos de diálogo recitados por John en plan "Republic is..." jajaja...

Un saludito.

dvd dijo...

La banda sonora es una pasada, y la peli no está ni mucho menos mal rodada. Pasaba un poco lo mismo en BOINAS VERDES, que si le quitabas toda la carga panfletaria te quedaba un film de aventuras bélicas estupendo. A EL ALAMO le sobra una horita entera, el tiempo que se pasa todo el mundo mirando al infinito y hablando de gilipolleces...

Mister Lombreeze dijo...

Una de las mejores bandas sonoras de todos los tiempos para una película muy maja.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!