domingo, 14 de abril de 2013

Rincón del freak #104: La Máxima FM del Western



Creer, pensar, ni tan siquiera imaginar que algo como WILD WILD WEST tiene algo que ver con lo que el western significa como género mayúsculo hollywoodense, es una falacia, un estropicio mental y una jugarreta mental capaz de embaucar incluso al que esto está escribiendo, pues lo más lógico hubiese sido haber dejado esta barrabasada fuera de cualquier consideración cinéfila. Los motivos creo que lucen claros desde el primer momento; el enésimo invento de Barry Sonnenfeld (ver filmografía) y Will Smith (ídem) para, valiéndose de cualquier excusa, domesticar al ganado en masa y acondicionarlo en su particular universo de algodón de azúcar, tomaba como pretexto a un trasunto de pistolero negro sobre el que creo que Quentin Tarantino debe tener un par de reflexiones interesantes... Yo pagaría al menos para escucharlas... Y es que todo comienza con un chiste sin gracia sobre la longitud de la polla de Jim West (Smith) y termina con una polla mecánica gigante ideada por Arliss Loveless (Kenneth Branagh en pleno proceso de recaudación), al que le falta todo el tren inferior. En mitad del despropósito, un Kevin Kline vergonzoso, a años luz de su gozosa interpretación en SILVERADO, y Salma Hayek mirando constantemente hacia arriba... No recordaba haber visto esta cosa entera, así que, una vez me dispuse a hacerlo, pensé, ingenuo de mí, que a lo mejor me estaba perdiendo una divertida parodia, un poco al estilo Abbott y Costello... En apenas cinco minutos, el misterio queda resuelto: una de las peores películas en las que usted puede perder el tiempo... No merece la pena.
Saludos asalvajados.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!