viernes, 3 de diciembre de 2010

Menos es más



LAST TANGO IN PARIS es una gran película, por muchos motivos; fundamentalmente por su libertad, sus ganas de transmitir esa libertad aun a costa de una historia demoledora y vacía de toda esperanza. Bertolucci concibió un relato esquizofrénico, autodestructivo y arrasado, con un trasfondo de honestidad ingeniosamente travestido de impostura y un actor en estado de trance. Marlon Brando no necesitaba al americano de la camiseta bajo el abrigo para estallar de talento, cualquier otro sí, pero no Brando; y, sin embargo, su composición roza el aliento poético desde la baladronada de su discurso o los titubeos iniciales, cuando no sabemos qué va a pasar con ese destartalado fantoche que se dedica a perseguir sombras con nombre de mujer. LAST TANGO IN PARIS no es nouvelle vague, y no lo digo por su año de realización, sino porque no lo es, no puede ni quiere serlo; igual que no es cine italiano, ni americano, ni francés, Brando, su personaje, el motor que da sentido al film, construye un mundo estancado al tiempo que lo va destruyendo todo a su paso; es capaz de hacernos creer (especialmente en sus reveladoras escenas junto a Léaud) que todo responde al 68 para, sólo unos minutos después, tirarlo todo a la basura, sin nostalgia, sin miedo, sabiendo que todo empieza y acaba exactamente ahí, en el corazón del vacío ¿Existencialismo?, bien, de acuerdo, es una forma de encontrar un cierto calor ajeno, pero LAST TANGO IN PARIS no está hecha de preguntas ni respuestas, sino de ausencias insoportables; Bertolucci se atreve a mostrar la fragilidad del ser humano, su impotencia ante lo que no entiende y cómo reflejamos esta impotencia  en actos de violencia verbal, sexual y moral, mediante el sometimiento del "otro", convertido en pentimento de lo que se fue y no volverá. Luego está la historia en sí, el argumento, que personalmente no me atrae tanto como el espacio rasgado en el tiempo que Bertolucci logró consumar apostando decididamente por caminar por el alambre. LAST TANGO IN PARIS es una obra insólita e inmortal porque está construida sobre su propia circunstancia y no sobre su leyenda; luego están los detalles, las frases, el cine... Aunque también sea otra historia...
Últimos saludos.

1 comentario:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!