martes, 28 de diciembre de 2010

Demonios en el salón



Películas como BROTHERS las hemos visto casi cada año, no con el mismo argumento pero sí con ese tono tan especial que destilan los dramas de corte intimista; y en especial, lo hemos visto en el cine americano, casi más como recurso para salvar guiones mediocres que como inevitable camino narrativo. Y, sin embargo, BROTHERS no tiene su germen en yanquilandia, sino en Dinamarca, puesto que se trata del remake de un film no demasiado conocido de la directora Susanne Bier. Y BROTHERS nos cuenta una descarnada historia de amor fraternal, celos, envidias y mucho moco suelto; la eterna historia del hermano bueno y responsable (aquí un marine al que se da por muerto en Afganistán) y el bala perdida, recién salido de la cárcel y sin oficio ni beneficio. Un buen día, cuando nadie lo esperaba, la familia es informada de que el marine ha sido milagrosamente hallado con vida, lo que dará un inesperado vuelco a la situación, máxime cuando el otro hermano le ha "sustituido" al frente de su propia familia. Y no cuento más porque destriparía el quid. A las riendas de esta producción se puso el veterano Jim Sheridan, un director con oficio suficiente para no descarrilar por las licencias que ya nos son tan familiares en este tipo de películas, en las que se prefiere sacrificar un posible devaneo artístico en pos de la seguridad artesana. En principio, esto se consigue por varias cuestiones: la no confluencia de factores, por lo que el argumento es capaz incluso de sorprendernos; la tibieza política, que yo al menos sí que agradecí (esto podía haber sido un sermón infumable); y, sobre todo, el magnífico trabajo de su cuadro de actores, destacando especialmente a Jake Gyllenhaal y a un colosal Sam Shepard, capaz de reventar cada escena en la que sale con su enorme carisma. En el otro lado de la balanza estarían Natalie Portman, a la que no acabo de ver en este papel de díscola esposa, y un Tobey Maguire al que parece que le cuesta expresarse y que debería ir dejando atrás la alargada sombra del trepamuros por el bien de su inconstante carrera. BROTHERS es un correcto drama, con correctas interpretaciones y correctas maneras; puede que le hubiese venido de perlas una zambullida en aguas algo más profundas (algo que sí ocurría en el film danés), pero se deja ver sin demasiados sofocos ni miramientos.
Saludos, herman@s.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!