viernes, 10 de diciembre de 2010

De los rostros: El cine de Lucrecia Martel 3



Sigo sin entender en absoluto por qué le cambiaron el nombre al tercer y hasta ahora último film de Lucrecia Martel. La película se llama LA MUJER SIN CABEZA, no sé qué problema hay con ello; no es que me desagrade el otro título ("La mujer rubia"), pero ya manda huevos que luchemos contra los incomprensibles trueques de títulos cuando están en otra lengua como para verlo en el mismo idioma; además es que me parece que todo atiende a una "estrategia" de la distribuidora y que la directora no tiene nada que ver con  ello.
Dicho esto, LA MUJER SIN CABEZA me parece la rotunda confirmación de que el talento de Lucrecia Martel  no es flor de una película, ni dos... Nada menos que nominada a la Palma de Oro de 2008 en aquel glorioso año del cine hispanoparlante en Cannes, se nos cuenta otro episodio en clave metafórica de esta sociedad argentina de principios de siglo. Una mujer (impresionante María Onetto) conduce por un polvoriento camino y atropella "algo"; esta tremenda secuencia, sin mostrar nada excepto el rostro de la actriz dentro del coche, incapaz de reaccionar y que finalmente decide largarse, justifica por sí sola el visionado de una película que luego transita por lugares que afortunadamente ya nos resultan comunes en un imaginario tan poco común como el de la directora argentina. LA MUJER SIN CABEZA nos habla de la amnesia autoinducida de una sociedad que "no quiere ver", que prefiere quedarse en la duda de si lo que atropelló fue un perro o un niño. En otra acojonante escena, la protagonista se interna en un barrio de chabolas, tan diferente de su confortable mundo burgués-acomodado de chachas indiecitas e infidelidades aburridas, y se desorienta, pese a que dicho barrio consta de apenas diez o doce casas, por lo que debe ser reubicada vergonzosamente a "su mundo". Si antes dije que me parecía éste un cine de rostros, LA MUJER SIN CABEZA es la fórmula magistral de este cine, esta manera de reducción ética mediante se nos ponen a nuestra disposición los mapas de nuestra propia decadencia representada justamente como eso: un mar de cabezas parlantes que apenas dicen un par de cosas inteligibles y buscan desesperadamente el asidero de los cuerpos.
Y finalizo con lo último que sabemos acerca de Lucrecia Martel y que desde luego confirma su inusual trayectoria, puesto que en plena tournée en Cannes nos pudimos enterar de que iba a hacerse cargo ¡por fin! de la adaptación del impresionante cómic EL ETERNAUTA, del guionista Héctor Germán Oesterheld y que tuvo como dibujantes, entre otros, a Francisco Solano López y el maestro Alberto Breccia. Me pone muchísimo esta noticia, porque creo que EL ETERNAUTA es una obra injustamente desconocida en nuestro país y que yo siempre consideré precursora absoluta de lindezas como, por ejemplo, el WATCHMEN de Alan Moore. Parece que la Martel aceptó el ofrecimiento en un principio, para rechazarlo en mitad de la realización del guión y volver a retomarlo recientemente, con lo que parece confirmado que a finales del año que viene habrá nuevo film de esta directora, una de las más interesantes del panorama actual y a la que seguiremos la pista incondicionalmente desde este blog a partir de este pequeño monográfico.
Saludos descabezados.

2 comentarios:

Cinemagnific dijo...

Precisamente ayer le dejé El Eternauta a un amigo para que la disfrutase. Adoro esa fascinante disección en clave de ciencia ficción de las horrendas relaciones de poder del mundo moderno. Muy buena noticia.

dvd dijo...

En mi modesta opinión, de las grandes cosas que han de ocurrirle el año que viene al cine...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!