miércoles, 8 de diciembre de 2010
De los rostros: El cine de Lucrecia Martel 1
Supongo que algunos de ustedes les parecerá significativo haber abordado la figura de un director joven, argentino y con una marca autoral tan acusada (hablo, claro, de Lisandro Alonso) aislando su escueta filmografía en un monográfico por delante de nombres puede que más reconocibles; el "milagro" del cine argentino, nacido directamente de las herrumbres de su crisis económica, que empezó antes que la de los demás, no sólo deja una industria revitalizada y reconocible, sino también un puñado de nombres curtido en festivales, normalmente apoyado por productoras europeas y que se yerguen con su discurso único entre las propuestas más interesantes de los últimos años. Lucrecia Martel encarna todo esto a la perfección.
LA CIÉNAGA ha sido considerada como el film sudamericano más importante de lo que llevamos de siglo, lo cual es tan vano y pretencioso como incompleto, aunque algo de eso hay. Y lo hay porque el primer largometraje de la argentina es una obra tan críptica en su estilo como elocuente en su mensaje. Ya desde el primer y sorprendente fotograma, en el que un decadente grupo de fofos bañistas, ebrios de vino, arrastran ruidosamente unas sillas con la ley del mínimo esfuerzo; pocas metáforas tan precisas y terribles sobre el estado emocional de todo un país. Y dicha decadencia sobrevuela la escueta filmografía de Martel, aunque nunca con resultados tan inquietantes como en esta especie de película de terror sin terror, un film inclasificable al que veo muchos más puntos de conexión con la exuberante literatura de Cortázar o Borges que con algún cineasta de su generación. El descubrimiento de Lucrecia Martel constituye, en esta década, un salto de enorme interés y tremendamente estimulante en el panorama de ese invento posmoderno que es el cine de autor; porque no veo tanto "autor" aquí como sí una mirada inquieta, indagadora y que sirve como necesario cronista de un tiempo que nos parece lejano e impreciso, pero sólo porque precisamente es el tiempo que nos ha tocado vivir a nosotros mismos.
Mañana más. Saludos insalubres.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
UNa directora muy interesante y, como dices, estimulante. Espero con interés estos posts sobre ella.
UN saludo
Desde luego estimulante es por lo menos. Espero otros posts too.
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