viernes, 9 de abril de 2010

Páginas blasfemas



A lo largo de lo que conocemos como literatura de terror moderna (entiéndanse los casos de Stephen king, Clive Barker o Neil Gaiman), no han sido pocas las ocasiones en las que el autor, intentando el "giro definitivo", ha ejercido de maestro hechicero y, mezclando realidad y ficción, atmósfera y percepción, ha querido acercar hasta nuestros días la opaca filosofía que impulsó la obra de los grandes maestros (Lovecraft, Poe, Shelley).
A mediados de los noventa, el inefable John Carpenter filmó una extraña e irregular película que se mantiene hasta hoy como uno de sus títulos más apreciados y singulares. IN THE MOUTH OF MADNESS tiene tantos aciertos como errores, tantos magníficos planteamientos como paupérrimas resoluciones. La delirante y retorcida historia de un escritor de éxito, Sutter Cane, claramente a la manera de los anteriormente mencionados, que desaparece sin dejar rastro y con la última novela de su multiexitosa serie, que da título al film, pendiente de publicarse. El editor contrata a un detective (Sam Neill en uno de sus mejores papeles) para buscar a Cane y traerlo de vuelta ante la desbandada que se ha formado por dicho suceso, con miles de fans desbocados por todas partes. Eran otros tiempos y aún se leía; ahora, en plena generación YouTube, es impensable pensar que haya gente que se vuelva majara por culpa de un libro... en fin. El asunto es que Neill inicia un desquiciante viaje en busca del dichoso escritor y es entonces cuando Carpenter tira de recursos visuales y ofrece un ejercicio puro de terror visceral y sin muchos remilgos. IN THE MOUTH OF MADNESS tiene como principal problema el no encontrar un tono general (la primera y la segunda parte parecen dos films distintos), lo que desorienta en algunos tramos y desvía la atención. Lo bueno es el oficio de su director, capaz de remontar lo que parece un desaguisado sin salida aparente, y que lo remata en un final acojonante y muy original, puede que lo mejor de esta historia que fluctúa entre imaginación y realidad sin decidirse nunca por un solo lugar. Es menos engreída y mucho más entretenida que la mayoría de subproductos similares de hoy en día, además de aterrorizar casi sin sustos, más por extrañeza que por acumulación.
Saludos embocados.

3 comentarios:

Crowley dijo...

Y a pesar de sus muchos defectos, se erige por méritos propios como una de las mejores revisitaciones al mundo de Lovecraft (sin casi hacer referencia a su mitología).
Un saludo

Dr. Quatermass dijo...

Hola, oye pues me apunto la "recomendación". Felicidades por como te está quedando el rediseño del blog, muy guapo.

Saludetes.

Kinezoe dijo...

El final es tremendo, te deja casi como a su protagonista. Esta es otra de mis pelis de culto preferidas. Me encanta, pese a sus desfases.

Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!