martes, 6 de abril de 2010

Lo inasible (frentes abiertos)

Los franceses poseen esa extrañísima cualidad, la dialéctica, mediante la que pueden convertir lo menos interesante en un objeto digno de estudio. Mientras otros se esfuerzan por explicar lo que está ante las narices de cualquiera, ellos se lanzan a dragar las imágenes que han de servirles para cualquier idea, por remota que esta sea.
Hace poco vi un film de los que han pasado desapercibidos por nuestro país. CE QUE MES YEUX ONT VU es un film ciertamente extraño, sin embargo su extrañeza nunca es deliberada ni formal; no se trata de ningún experimento visual ni de otro desgarrador poema existencialista, sino de un tipo de cine que yo enlazaría sin problemas con la terrible plaga comenzada con THE DA VINCI CODE, pero de un talante aún más excéntrico. Sylvie Testud (llamada a ser la nueva gran esperanza del cine comercial francés) es una improbable estudiante de historia del arte que cree haber encontrado algun tipo de patrón escondido en una serie de pinturas de Jean-Antoine Watteau... pero esto no importa, o al menos importa lo mismo que la peripecia vital de la propia estudiante; Laurent de Bartillat (desconocido director para mí) es capaz de algunas imágenes de extraña belleza mientras la aspirante a historiadora espía a un mimo desde la ventana de su trabajo en una copistería, el problema es que seguidamente enlaza esto con una insípida historia de amor entre ambos y lo sazona con la entrada en escena de un profesor que no permitirá que el "misterio Watteau" salga a la luz. Es decir, que en menos de noventa minutos podemos obtener un bizarro refrito de Ron Howard, Nobuhiro Suwa, José Luis Guerin y hasta algo de Hitchcock (muy sui generis, eso sí), lo que termina por confundir y aturdir en exceso y estropear lamentablemente una idea inicial que se antoja infinitamente más interesante que las conspiranoias del inefable Dan Brown.
No se pierden nada si no la ven, de hecho esto es lo más probable dada su calamitosa distribución, pero puede ser un perfecto punto de partida para indagar en la imprescindible obra de un "exquisito desconocido" como esWatteau.
Saludos en pentimento.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!