jueves, 24 de abril de 2008

A veces lo traigo gordo...

Sólo por intentar ser original, se me ocurre imaginar a Jesús Franco alabado por la crítica. No como un entrañable vejete que jugó a romper las reglas del siempre desagradecido cinematógrafo, sino como un cineasta serio y comprometido con su propia causa, por bizarra que ésta llegara a ser. Impensable.

Me resulta, por lo tanto, difícil de creer que David Lynch haya sido nunca maestro de nada, acaso de lo que únicamente él entiende. Esa cerrazón temática pertenece al imaginario poético y nunca al cinematográfico, que es incapaz de sustraerse de los lazos colectivos que le han ido dando forma durante todos estos años.

Esta ¿película?, y tras soportar declaraciones encontradas bajo el omnisciente silencio de su creador, tan sólo ha logrado suscitarme odio. Y es curioso esto que digo, pues las películas son buenas o malas; las buenas se recuerdan y las malas se olvidan. Pero precisamente la que ahora me ocupa ha logrado algo insólito: exasperarme.

El hombre silencioso de Montana ha acabado con mi paciencia tras la estupidez que se esconde detrás de sus tres últimos trabajos (UNA HISTORIA VERDADERA parece, precisamente ahora, un incomprensible ataque de lucidez fílmica), pero sobre todo por el flaco favor que le hace a alumnos aventajados que aludían, casi totémicamente, a su anterior obra, la que le había encumbrado como EL GRAN AUTOR AMERICANO.

Se puede intentar comentar, claro, faltaría más. Pero es aterrador observar cómo cualquier comentario que se haga sobre esta deleznable fantochada queda inmediatamente inoculada del veneno del "todo vale". Sacad vuestras propias conclusiones y comed mucho melón, que es bueno para refrescar las ideas.

Acabo con un amargo lamento que nunca me hubiese gustado experimentar. De cómo alguien que me hizo tocar el cielo hace muchos años con la OBRA MAESTRA INDISCUTIBLE que es BLUE VELVET, ha logrado hacerme perder la confianza en el cine. Pero ya se sabe, a veces lo traigo fino...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

como bien dice el gran carlitos brigante es una hemorragia de satisfaccion leer sus criticas,alumno aventajado del señor gasset,siga usted por este camino,deleitando a propios y extraños con esas disecciones detalladas que tanto gustan al culto y exigente publico indefilo

dvd dijo...

Se hace lo que se puede. La idea fundamental será, a diferencia de otros blogs que he visto, no contarle la película a la gente, sino qué me ha hecho sentir el verla. Animando así a que cada uno saque el "crítico" que lleva dentro.

Groupiedej dijo...

Evidentemente, como ya expuse en mi post, a mi si me gustó, pero entiendo tu exasperación, quizá el sentimiento más repetido al ver este experimento bizarro dentro de un cine que, efectivamente, se va denostando por sus excesos. Pero yo soy incondicional, quizá porque al final comparto universo personal imaginario parecido al de Lynch.
Y estoy de acuerdo en que Terciopelo azul es una obra maestra. Gracias por pasarte por mi blog. Es todo un halago.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!