miércoles, 16 de octubre de 2024

Povidona yodada, ¿gustan?


 

Pocas películas son tan sencillas de resumir como SPEAK NO EVIL, el incomprensible, innecesario y atontolinado remake del film danés de hace un par de años. En realidad ya lo acabo de resumir, lo que unido a la particularidad de que su estructura no permita adlantar casi nada de su argumento, pues es que ya estaríamos. Añadiré (por ser generosos, y porque me siento con ganas de escribir) que es habitual encontrarse con la desidia de Hollywood para construir historias propias, pero jamás cambia la dulcificación de la propuesta, que embriona aquí una curiosa analogía, tratando a la familia americana de directamente imbécil, para redimirla justo en el momento crucial. Y adivinen qué... Efectivamente, la película es otra. Y es muy muy curioso, porque lo único que me mosqueó del film original era esa reducción al absurdo inconcebible de su resolución, pero claro, vista esta pequeñez buenista, aquello cobra todo su sentido. O mejor dicho: ¿podemos (debemos) considerar al cine comercial americano como esa familia de aspirantes a esnobs, que fingen cada temporada poder y saber codearse con esos tipos políticamente incorrectos, que sí saben divertirse a lo grande?
No pierdan el tiempo, que jodan al osito de peluche...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!