lunes, 21 de octubre de 2024

Gente corriente


Película extraña, "películas" más bien, en ese corpus episódico, inconexo, que hace perder el hilo de lo que creo que era la intención de Neil Simon a la hora de concebir CALIFORNIA SUITE, que tiene mucho de las típicas películas de historias cruzadas, pero no lo utiliza. El único nexo es, efectivamente, la llegada a California de varias personas, cada uno por distintos motivos, pero nada los une ni concilia, ni siquiera el tono empleado por Herbert Ross, que se destapa como un director todoterreno. Por ejemplo, la historia protagonizada por Alan Alda y Jane Fonda, en la que ella viene desde New York para discutir la custodia de su hija adolescente, lo que da pie a unos diálogos hirientes, pero que dejan entrever el cariño que alguna vez se tuvieron. Menos fortuna tienen los cuñados interpretados por Bill Cosby y Richard Pryor, con sus respectivas mujeres llegan desde Chicago, en una comedieta física que quiere apoyarse en los hermanos Marx, pero es bastante ridícula. Tampoco tiene mucho sentido el segmento de Walter Matthau, a la que su díscolo hermano le paga una prostituta el día antes de que llegue su mujer desde Philadelphia, para asistir al Bar Mitzvah de su sobrino. Todo ello palidece ante el magisterio interpretativo de Michael Caine y Maggie Smith, sobrevolando esta película desde un nivel inalcanzable. Seguramente esté entre lo mejor que ha escrito Simon, aunque uno no pueda concebir esta maravilla de texto con otros actores. Ella es una prestigiosa actriz inglesa, curtida en teatro clásico y con una filmografía respetada pero sin brillo internacional, y que curiosamente va a ser nominada al oscar por haber aceptado un papel en una cinta comercial y un poco tontuela, lo que unido a sus insalvables inseguridades la sume en un estado entre la depresión y el sarcasmo, que utiliza contra su marido, un anticuario que acepta el rol de segundón a su lado, y del que puede que algún rumor malintencionado no vaya desencaminado del todo. Smith y Caine están majestuosos, y no deja de ser curioso que ella ganara su segundo oscar con un personaje que cuestiona permanentemente un certamen que sólo vemos de soslayo, pero del que se extrae con precisión su carácter de "trastienda de los sueños". En mi opinión, ahí estaba la película, y no hacía falta casi nada más.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!