Uno de los mayores quebraderos de cabeza que podríamos tener para no subestimarnos como espectadores pacientes, de bagaje, con las alertas siempre dispuestas al noble arte de inmiscuirnos en los entresijos de un film del que creemos saberlo todo incluso antes de empezar a verlo, consiste en negarnos la posibilidad de trasladarnos al momento preciso de su producción. Antes de quecaigamos en un círculo de pedantería, les propongo el contenido en CIRCLE OF DANGER, de Jacques Tourneur, donde no ya es que nada sea lo que parece, sino que el único sentido apalabrado en esta joya oculta de 1951 es ese equívoco continuo, en un desarrollo extrañísimo, como si clasicismo y posmodernismo maridaran sin esfuerzo, lo que habla una vez más de la maestría del cineasta parisino a la hora de desorientar al espectador más "equipado", por así decirlo. O en otras palabras: Ray Milland interpreta a un estadounidense que viaja hasta tierras británicas para esclarecer la extraña muerte de su hermano, única baja en una misión aparentemente anodina en la WWII, donde se alistó en las filas inglesas. Una vez allí, diversas pistas lo llevan desde Londres a Gales o Escocia, donde también conoce a una joven de la que queda prendado. Nada es lo que parece, ni en la historia, ni mucho menos en la estructura del film, que se va convirtiendo en una tribulación constante, donde importan tanto las sospechas en las investigaciones, llegar tarde a una cita para una cena romántica, la alergia al brezo o la inconveniencia de comprar un coche con tal de avanzar sobre una pista tan vaga como críptica. Todos los elementos parecen a contrapelo, y no se sostendrían en este audiovisual neoplástico, tan mascadito y tan temeroso de suspenderse en el vacío. Tourneur nos propuso, hace ya más de setenta años, un antithriller metamorfoseado en comedia romántica, estudio costumbrista, y finalmente observación minuciosa de las imperfecciones y desatinos de los seres humanos. Sin dar nada por sentado, sin sentar cátedra, y sólo rodando como si nos estuvieran esperando para tomar el té...
Uno se queda pensando en cómo algo tan complejo se puede hacer de manera tan sencilla.
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario