jueves, 20 de agosto de 2020

Arquitectura y moral



CRIMES OF THE FUTURE, de 1970, fue el segundo mediometraje de David Cronenberg, aunque bien podría haber sido una especie de continuación del primero, solo que en color. De nuevo aparecen las obsesiones recurrentes del director canadiense, casi como esbozando la temática de sus siguientes films, al mismo tiempo que se destapa como un más que interesante fotógrafo, capaz de inquietar con sus elaborados encuadres, por mucho que el guion se quede en la superficie de lo que pretende contar. Prescindiendo de nuevo de los diálogos, y hasta del sonido ambiente, la narración corre a cargo de otra voz en off, que relata fríamente un mundo suponemos que deshumanizado, por culpa de una misteriosa enfermedad que ha erradicado a todas las mujeres, condenando a la humanidad a una lenta y triste extinción. Poco a poco, entre tubos y bisturíes, edificios vacíos y jardines mudos, hemos de imaginar que el inquietante e hierático Ronald Mlodzik (primerísimo fetiche del director) es el inopinado salvador de esta desdichada humanidad. Mezcla de científico, agente secreto y gurú trascendentalista, descubre que no todas las mujeres han muerto, pero que las supervivientes están siendo capturadas por una extraña secta. Lo mejor es, pero de muy lejos, su larga escena final, de una provocación extrema, sin llegar a mostrar nada explícito, pero que incluye al protagonista en una habitación, a su lado, una niña que juega...
Interesante, pero excesivamente primaria.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!