miércoles, 19 de agosto de 2020

Titulitos



Nunca hubo un título más elocuente. YOU SHOULD HAVE LEFT resume en su sentencia dónde debería haber acabado esta nadería, presuntamente terrorífica, en la que nada es como debería ser. David Koepp no es el tipo con más talento del mundo, pero tiene algo de oficio, y al menos consigue extraer un par de escenas de donde no se supone. La película es cortita, escueta, pero se eterniza en un montón de imágenes y situaciones más propias de una comedia del absurdo que de un film que debe aterrorizar. Nada de eso, porque lo único que merece la pena son un par de secuencias, casi sketches, extrañamente divertidas. En una, Kevin Bacon va a recoger a su mujer (Amanda Seyfried) al plató donde rueda una escena; al no dejarle pasar, oye desde fuera unos gemidos de placer, ante la mirada del guardia de sguridad. Luego, ambos se van de vacaciones con su hijita a una apartada casa en Gales (sí, Gales), y a partir de ahí la historia es aburrida y repetitiva, aunque antes Bacon va a comprar a una tienda, donde un taciturno tendero galés tarda horrores en despacharle un par de cosas, en un guiño, supongo que involuntario, al mismísimo Tati. Nada, se la pueden ahorrar y ya me lo agradecen otro día.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!