jueves, 14 de septiembre de 2017

Otro toque...


La evolución que ha experimentado el cine chino en las últimas décadas, nos ha brindado la oportunidad de ser testigos de una mirada fresca y distintiva, capaz de hacer saltar por los aires incluso los resortes más arraigados del cine comercial norteamericano. Uno de los géneros que con más fuerza y elocuencia nos han llegado desde el gigante asiático es el thriller, con el que diversos realizadores han demostrado su fuerza expresiva, al tiempo que cartografiaban (y denunciaban) un estado general de su país poco halagüeño. Títulos como BLACK COAL, THIN ICE o la monumental A TOUCH OF SIN, son un ejemplo remarcable de esta deriva, a menudo aislada en festivales que los dan a conocer, pero limitan la verdadera repercusión que merecerían. Y otro de estos títulos es WU REN QU, algo así como TIERRA SIN HOMBRES, un virtuoso y vertiginoso ejemplo de cine negro, que a veces parece una fábula postapocalíptica y otras un corrosivo retrato de esa China que apenas podemos atisbar, y que además de real y cercana se nos aparece desolada, sin posibilidad de redención. El espíritu de Tarantino recorre la espina dorsal del film de Ning Hao (verdadero estilista del género) y se mezcla con la aridez argumental de la saga creada por George Miller, el domino temporal de un Sergio Leone o la fatalidad anunciada de antemano de un Oliver Stone. Mientras la película se despliega, el resultado es fascinantemente enigmático, con el personaje central, un abogado sin escrúpulos, que se cree por encima del bien y del mal y acaba sucumbiendo, ahogado por un sistema, salvaje y anárquico, que no entiende de clases sociales, y donde prima la ley del más fuerte. El punto más flojo del film llega en su recta final, mucho más previsible y entregada a la pirotecnia visual; quizá en un intento diversificador, pero que resta empaque a un film que salta de sorpresa en sorpresa casi sin esfuerzo, aunque falte el hálito poético de, por ejemplo, los os títulos citados arriba.
Muy recomendable, en todo caso.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
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