lunes, 7 de diciembre de 2015

D. W.: El padre del cine #41



THE LOVE FLOWER era un arrebatado (y enrevesado) dramón, que comenzaba en una ciudad de Norteamérica y se deslizaba traumáticamente a los (de nuevo) Mares del Sur. Lo que Griffith pone en cuestión en este caso es la insalvable prueba a la que se ve sometida una joven (bellísima, Carol Dempster), que asiste horrorizada al asesinato del amante de su madre a manos de su propio y desesperado padre (que ahí queda eso). Su primera prueba la despacha en una huida express con el progenitor a una remota isla, pero no pasará mucho tiempo hasta que su felicidad se vea quebrada, ya que un par de investigadores les han seguido la pista, aunque les hacen creer que son simples visitantes. Ella, que cae enamorada de uno de ellos, se ve entonces en un dilema aún mayor, pues por un lado no quiere dejar a su padre... pero el corazón manda. Entre postales con palmeras y unas sorprendentes escenas acuáticas (filmadas debajo del agua), Griffith sostiene con su buen pulso una historia no demasiado original, pero que deja muy buen sabor de boca por su complejo trabajo de montaje y por unas interpretaciones magníficas a cargo de los habituales Dempster y Barthelmess, amén del veterano George MacQuarrie, en uno de sus escasos papeles protagonistas.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!