miércoles, 23 de diciembre de 2015

España, animal abierto en canal



A quien le quepa de alguna forma aún la duda, pocas imágenes tan icónicas, rotundas y esclarecedoras para establecer la auténtica identidad de un país sin identidad, o con muchas identidades, o una identidad más que un país. La imagen es la que abre GOYA EN BURDEOS, en mi opinión una de las mejores películas de Carlos Saura (del más reciente, al menos) y la impagable posibilidad de ver al maestro aragonés desde la perspectiva de otro, verbigracia de un Paco Rabal en estado de trance, sin interpretar, más bien traspasado de un espíritu e inmortalizado desde entonces como el único Goya posible. Y me da igual que la película haga aguas cuando se pone discursiva (el gran mal de siempre de Saura), o cuando se centra en los recuerdos del pintor, casi obligadamente para nalguear junto a la opípara Maribel Verdú. Eso sobra, pero luego está Rabal/Goya, un titán, con su rostro y su cuerpo destrozados, consumiéndose en una bañera, o bañado en la cera que le gotea desde el alto sombrero-linterna, o cagándose en los muertos de los gabachos mientras deambula en camisón por las calles de Burdeos, o, claro, bailando una jota de otro mundo, enmudecedora porque ya la muerte lo espera sin pasión o consuelo para el hombre, puede que el primero, que vio lo que siempre había sido España, y lo que luego se ha demostrado que es: un trozo de carne que cuelga de un gancho, que ha pasado ya por el cuchillo de carnicero y espera a los subastadores...
Inmensa. Inmenso.
Saludos.

2 comentarios:

Cinemagnific dijo...

En general, bastante de acuerdo con todo. Es una pena que Saura se haya ido por las ramas y haya perdido en líneas generales toda la rabiosa crítica de sus inicios. Pero esta, de su etapa reciente, recupera muchas de sus mejores cosas.

dvd dijo...

Ha resistido bastante bien el paso del tiempo, la fotografía de Vittorio Storaro es soberbia, hay un pasaje montado por La Fura dels Baus muy potente y un uso de la música excelente y muy acorde con la época que expone.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!