lunes, 11 de mayo de 2015

D. W.: El padre del cine #18



THE ADVENTURES OF BILLY (The black-boot) supone una nueva vuelta de tuerca a uno de los temas favoritos de la narrativa norteamericana, los niños desposeídos que viven largas y extrañas peripecias antes de ingresar, por derecho propio, a la sociedad que durante su corta vida les ha negado la integración. Efectivamente, se trata de un "twainesco" relato que tiene de protagonista a un simpático y vivaracho chaval (que en realidad era chavala y se llamaba Edna Foster) que es explotado por dos rufianes, hasta que uno de ellos mata a un hombre y el chico escapa. Es, de los cortos de esta época, uno de los que más recomiendo si se va a ser muy selectivo. Además, tiene una de las primeras interpretaciones de peso de Donald Crisp. Por cierto, el señor que lee el periódico en la foto es el mismísimo D. W.





Menos interés suscita SAVED FROM HIMSELF, típico cuento moral(ista) en el que se narra la caída en desgracia y posterior redención de un flojeras que sólo aspira en la vida a hacerse rico sin doblarla. Y como resulta que sus amigos han ganado un dineral en la bolsa, pero hasta para eso hay que servir, no se le ocurre otra cosa que sisar al jefe, lo que le deparará funestas consecuencias. Se ve y poco más.




Más interesante es FIGHTING BLOOD, protowestern de hechuras, con indios asediando a los granjeros que intentaban instalarse tras el final de la Guerra Civil y aquellos soldados, convertidos en pistoleros y, por obra y gracia de Hollywood, casi en los primeros superhéroes de la ficción americana. Tiene algunas escenas muy logradas, como el asombroso montaje del tiroteo; y para los mitómanos, a un por entonces desconocido Lionel Barrymore, que se iba abriendo paso en el cine desde su reputación en los escenarios.




Por su parte, THE INDIAN BROTHERS habría hecho las delicias de un Kevin Costner sin ideas (que es como sigue el muchacho, claro), ya que se centra en una tribu de indios en la que acontece el crimen del jefe, lo que provoca una gran persecución al asesino por parte del resto de la tribu, aunque el mayor logro es, sin duda, la inversión de papeles, ya que no queda claro ni el porqué del crimen ni quién ha sido más culpable.


... Y, saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!