viernes, 19 de diciembre de 2014

Retrovampirismo



Es curioso que el tema del vampirismo me haya surgido tras ver HERMOSA JUVENTUD más vivamente que con el visionado del film de Serra. La última propuesta del director de LAS HORAS DEL DÍA parece un salto al vacío consciente y una inmolación en toda regla para un artista que podría haber aspirado a una depuración formal radical y sin embargo prefiere el siempre desagradecido rol de cronista de su tiempo, un tiempo y una circunstancia aún más desagradecidos si se quiere. No es fácil montar hora y media contando lo que todo el mundo sabe pero nadie cuenta, si es necesaria la patada en los huevos del sistema de EL MUNDO ES NUESTRO, no menos necesaria (por increíblemente inédita) es la mirada desapasionada y casi quirúrgica a un rincón sin iluminar de cualquier sitio en este país. El problema es dotar el conjunto de sentido, ya que una película también podría definirse como un grupo de imágenes escogidas, y hay que tener muy claro lo que se está contando para que el hastío imperante en cada fotograma no termine por apoderarse de la narración, vampirizarla y así mostrarse ante el público como el enésimo collage burgués, más o menos condescendiente, sobre un lumpen al que mira con ternura desmedida y crueldad inconsciente. Pero Rosales siempre ha sido otra cosa, y no sólo sale vivo del complicado envite sino que borra de un plumazo cualquier tentación paternalista, lastimoso tic de nuestro cine supuestamente "realista". En HERMOSA JUVENTUD lo que se cuenta no es el espíritu de superación de unos jóvenes de hoy en día, ni siquiera hay una denuncia explícita a una situación general de las cosas, situación de la que todos somos culpables en mayor o menor medida; porque lo que finalmente salva el conjunto de este áspero y descorazonador film es lo que no se ve, la entidad que cobran un millar de preguntas que nadie hace y que, por supuesto, nadie va a responder. Por poner un ejemplo, Rosales filma los últimos diez minutos de película como una videoconferencia, sacándonos por completo del inútil proceso de empatía al que pudiésemos haber llegado y apuntándose el final más cruel que el cine español ha visto en años. Cine de vampiros sin vampiros, pero con muertos vivientes...
Saludos.

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!