lunes, 1 de diciembre de 2014

La muerte del espejo



NEW WORLD es una película coreana (yo a Corea del Norte no lo considero un país, sino un criadero de ratas) en la que salen mafiosos coreanos bien vestidos, alguno más chulapo que otro, y donde se pegan más bien pocos tiros para el tipo de película que es, y casi todos al final. También hay policías, pero los policías van peor vestidos, porque ganan menos dinero y porque el hábito no hace al monje, digo yo. La policía ha infiltrado a un tipo en la organización mafiosa más importante de Corea (del Sur) durante una década, y éste, que a lo mejor no habría pasado de patrullero, allí ha ascendido a jefe de segunda línea. El jefe gordo (de los mafiosos) es deslizado a un pijama de madera como el que no quiere la cosa, así que se abren las primarias para ver quién será el sucesor. La gracia de la película es ni más ni menos que su ingeniosa premisa ¿Qué hará el infiltrado? ¿Acatará las órdenes de sus jefes en la policía para asestar el golpe definitivo que acabe con la organización criminal o cederá a la tentación de ser elegido como gran jefe de los mafiosos?... ¿A que está chula la idea? Pues ni más ni menos; NEW WORLD es un thriller muy Scorsese, capaz de acumular giros y más giros de guion sin que éste se resienta o se torne inverosímil; está fabulosamente interpretada y sus personajes son, ante todo, humanos atrapados por una situación que los supera. El coreano Park Hoon-jung ha conseguido, con su segunda película, uno de los mejores títulos del curso pasado; estaremos pendientes de él y lo sumaremos al ya largo listado de luminarias coreanas... del Sur. Peliculón para no moverse del asiento en más de dos horas.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!