martes, 4 de febrero de 2014

Robert Siodmak: Tiempo y esfuerzo #18



Sin ambages: THE CRIMSON PIRATE es un chute de adrenalina, un prodigio de dinamismo filmado en unos colores tan brillantes como los dientes de Burt Lancaster, que aquí estaba en su máximo apogeo en una aventura que le venía como anillo al dedo. Sería necesario olvidar por qué su argumento es (porque lo es) tan básico. Éstos son piratas, estaban tan tranquilos abordando buques llenos de señoras enjoyadas y militares seniles, y de repente se ven envueltos en una especie de cruzada yihadista/maracaibense (caso de que esto fuese posible). No, por supuesto que el guion de Roland Kibbee no es la estrella de esta función tan arrogante y desenfadada como su imanante pareja protagonista, Lancaster y Nick Cravat, verdaderos dueños de casi todo el metraje. Lo que de verdad importa es ver al dorado capitán Vallo agarrado a una cuerda, sonriendo y gritando aquello de "Listos para el abordaje"; importa empaparse de una coreografía de cien hombres, disparos, sables, y que no se vuelva confuso; e importa que una persecución dure diez minutos sin que sepamos qué nos va a deparar el siguiente segundo. Por eso THE CRIMSON PIRATE es una película tan sorprendente en la filmografía de Robert Siodmak, casi un divertimento mutado en explosión controlada y que anticipaba cómo deben ser las películas de piratas... en las que los piratas son los buenos.
Por cierto, no se pierdan a un camuflado Christopher Lee en uno de sus primeros papeles relevantes o a la bella Eva Bartok, de origen húngaro, intentando parecer una hermosa caribeña... Pero sobre todo no se pierdan el momento en el que Siodmak, en el fondo un cachondo mental, le dio por fin el gustazo a Burt Lancaster de aparecer vestido de mujer... ¡Impagable!
Saludos.

2 comentarios:

Kinezoe dijo...

Efectivamente, lo de menos en estas películas es el argumento. "El halcón y la flecha", también con Nick Cravat, me gusta aún más que esta. Puro divertimento.

Irrepetibles. El tándem perfecto.

dvd dijo...

Saltando por los toldos de un mercado... izados cual velamen de barco... ¡la leche!...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!