jueves, 20 de febrero de 2014

El estilo BBC



Será problema mío, seguro, pero yo sigo sin entender el "universo Sánchez Arévalo", un universo que cobra sentido en un ámbito que yo detesto profundamente, el de las Bodas, Bautizos y Comuniones. Por eso es problema mío, claro. Ahora es otra variación con los mismos mimbres; hacer pasar confusión por complejidad y ternurismo por emoción. No es lo mismo pero, qué quieren que les diga, con la que está cayendo y teniendo en cuenta el pobre bagaje del cine español comercial (trío de palabras que suena a conjuro demoníaco), LA GRAN FAMILIA ESPAÑOLA parece de lo más entretenido. Así, sin ínfulas. Pero no se pongan estupendos, porque esto es otro autorrefrito, con elementos calcados de los anteriores trabajos del director y un as en la manga que no puede fallar: la final que la selección española le ganó a Holanda en Sudáfrica como casposo silogismo de "Aunque seamos unos tarados fratricidas, si nos abrazamos en la banda Iniesta terminará metiendo el gol". Pero seamos justos, porque un juego da gustirrinín cuando lo ganamos... aunque miremos las soluciones en la última página; y eso es lo que pasa en esta interminable excusa argumental: Una boda, cinco hermanos que son el proyecto frustrado de emular a los siete hermanos del clásico, un padre que se muere, un hermano que vuelve tras dos años, yo te quiero y tú no lo sabes, es mejor que no te diga que te quiero, tócame las tetas que me las acabo de operar, ¿dónde se supone que está la madre que no viene a la boda de su hijo pequeño?, el chiste del tonto y el feo y el guapo, la escenita del baile que sale al menos en un episodio de todas las (malas) series americanas... Y así hasta el gol de Iniesta, que aquí deviene orgasmo o liberación generacional, como cuando uno se quita un lastre pesadísimo de encima. Les resumo: una hora de galimatías y treinta minutos de reconciliación. No es nada del otro mundo, pero es entretenida y tiene algunos chistes graciosos ¿Los actores? Algunos magníficos y otros para que se replanteen su vocación, pero no daré nombres porque sé que se los imaginan.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!