viernes, 8 de febrero de 2013

Todo ha de empezar



THE ACTRESS, el film que realizó, hace ahora sesenta años, George Cukor basándose en la propia biografía de la mítica Ruth Gordon, es uno de esos títulos enterrados en el olvido, injustamente a mi parecer, y que, visto hoy, contiene no pocos puntos para entender qué significa el trabajo con actores; algo que el director, entre otras, de ADAM'S RIB o GASLIGHT, elevó a la categoría de arte en sí mismo. En esta dislocada "comedia dramática", el timón lo llevan unos estupendos Spencer Tracy, interpretando al padre, huraño y anticuado, de una Jean Simmons que venía de un registro muy diferente en ANGEL FACE, de Preminger, y que está perfecta como la burbujeante y cándida jovencita que sólo vive para llevar a cabo su gran pasión: convertirse en actriz de teatro. Completan el elenco la grandísima Teresa Wright, como la madre, tan comprensiva como temerosa, y un jovencísimo Anthony Perkins, en el que sería su debut en el cine. No tan convencional como pudiera parecer, THE ACTRESS se vale del elemento teatral para su propia puesta en escena, por lo que aún parece más teatro el trazo crucial que va desde la presentación de personajes alrededor de la casa paterna hasta el flechazo de la joven Ruth al asistir a una representación en la ciudad. Algo exagerada su elipsis final, me quedo sin duda con la intachable profesionalidad de Cukor, su equipo y sus actores, aunque es cierto que sólo un tipo tan poco narcisista como él hubiese desdeñado la posibilidad de maximizar la hipérbole dramática; en lugar de eso, THE ACTRESS se ve con agrado y pocos sobresaltos ¿Que si es malo?... No necesariamente; esto es cine clásico...
Saludos sobreactuados.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!