jueves, 7 de febrero de 2013

Aquellas guerras también pueden ser las nuestras



Ya no se hacen películas como LA GUERRE EST FINIE, nadie las tomaría en serio. Sin embargo, se me ocurren pocas películas realizadas con tante seriedad como esta denuncia autobiográfica al régimen franquista escrita por Jorge Semprún y calada hasta los huesos de la pesadumbre de aquel tiempo y de la progresiva inutilidad de los actos de unas personas, los "agentes" en el exilio, que casi tuvieron que forzarse a sí mismos a abandonar su propia identidad. Más que vivir en una mentira, lo que Resnais primaba sobre su personaje principal (alter ego del propio Semprún interpretado con elegancia y rigor por Yves Montand) era  la constatación de que, o bien no quedaba ya nada por hacer desde un exilio que sí asimilaba a sus componentes pero luego no les prestaba atención real a sus "batallitas políticas", o la lucha estaba en otros lados, menos físicos quizá, o más volubles. Europa y sus recovecos; muchos países se han aprovechado de los mismos, mientras España se ha ahogado, puede que inconscientemente, en su condición peninsular escindida de cualquier intraopinión comunitaria. Esto lo sabemos ahora, pero en 1966, año de producción de este intenso y sorprendente film (ahora, en esta supuesta democracia, lo es mucho más), incluso un viejo activista comunista llega a rozar las claves de lo que en otros países pasaría por "cine de espías" (en Norteamérica, hasta "de aventuras"). Afortunadamente, el pulso autoral de Resnais se deja notar y la película nunca cae en el efectismo barato; es más, en su inteligente guion, Semprún advierte: "Esto no trata sobre héroes muertos o cobardes vivos, sino de los que están aquí y los que están allá, y de que todos deben ocupar su propio espacio". Además sale la sueca Ingrid Thulin, una pipiolísima Geneviève Bujold y un extraordinario Michel Piccoli. Si les interesa saber cómo se nos ha estado viendo desde fuera, este film aclara bastantes cosas al respecto.
Saludos en paz.

3 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

No he visto la película pero aprovecho para recordar la ironía que supone eso de que fueros los comunistas estalinistas los principales responsables de que los aliados dejaran a España y a los españoles de la mano de dios. El día que Stalin dijo que de devolver los territorios reconquistados nanai, terminó la guerra para España. Y la ganaron los fascistas. Mala suerte.

David dijo...

Yo sí la he visto. Dos veces. Una en el programa aquel de Garci...y la otra hace nada porque dieron un ciclo sobre Semprún guionista (y vi todas; pero algunas solo una vez ;-)
Es una buena película. Discutimos acerca del final abierto. Según un amigo le pillaban, según yo, le avisaban a tiempo...ahora lo tengo un poco olvidado. Había momentos muy buenos...eso de que los de "fuera" vivieran al margen de lo que era la España de hoy y siguieran con sus ideas de lucha, una lucha que la película señalaba perdida... En el documental de Semprún "Las dos españas" (igual me he equivocado con el título), volvía a sacar a Montand recitando un discurso parecido al que soltaba aquí en plan ¿Qué es España? pero con una perspectiva de unos años después.
Un saludo.

dvd dijo...

Lo más interesante de la película es, a mi juicio, el enfoque tan diferente (supongo que al ser desde fuera, no sé) que se le da al tema de los exiliados; no como víctimas, sino como personas que sienten, piensan y hasta tienen derecho a estar desencantados con sus propios ideales. Evidentemente, este cine era impensable en pleno franquismo en España; lo hacía Berlanga pero desde dentro y desenfocando la lente, que es, si cabe, aún más difícil y sutil...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!