viernes, 20 de abril de 2012

Ozu en Viernes #2



Aún en su etapa muda, Yasujiro Ozu filmó una curiosa película titulada RAKUDAI WA SHITA KEREDO (HE SUSPENDIDO PERO...), por cuanto se servía de una apariencia de comedia ligera en torno a los avatares de un grupo de universitarios a punto de licenciarse para hurgar con no poca mala baba en asuntos que ahora mismo, más de ochenta años después, nos son tan dolorosamente vigentes. La cosa va de que los muchachos abordan su último año en la Escuela de Economía entre una extensa variedad de chuletas escritas en camisas, las clásicas en papel y otras más exóticas; tardes de "estudio" donde los bostezos suceden a los flirteos o las típicas bromas sobre alumnos y profesores. Ozu incluso se permite algunas ligeras coreografías muy en la línea del musical norteamericano del momento, al tiempo que expone sin problema banderines de universidades como, por ejemplo, la de Michigan, lo que refuerza la idea de la fascinación que siempre tuvo por Hollywood y sus modos más icónicos. Uno de los estudiantes no logra hacer valer sus artimañas como "multicopista" y, al contrario que sus compañeros, suspende; sin embargo, lejos de toda corrección política, Ozu da un giro realmente interesante a la historia y muestra a los licenciados malviviendo, en paro, y sin ninguna expectativa laboral en el horizonte, mientras el reprobado se sigue dando la gran vida del estudiante y hasta se gana los cuartos trapicheando con los libros de sus antiguos y depauperados compañeros. Por supuesto, se trata de un título menor, muy lejos de sus grandes obras y que no ofrece mayor profundidad que el extraño antiacademicismo del que hace gala, aparte de dar a conocer a un jovencísimo Chishu Ryu, a la sazón gran actor fetiche de Ozu; sin embargo, me gustaría resaltar, en relación al título de la semana pasada, el radical cambio de registro efectuado en dos películas cuyos rodajes apenas se distancian en unos pocos meses. A descubrir, pues. Continuará.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!