jueves, 12 de abril de 2012

Objetos. Fílmicos. No. Identificados



España, 1970. Sólo para que se sitúen; sobre todo porque se sigue pensando que en aquellos años nuesto país seguía sumido en una tiniebla profunda e indisipable, pero lo cierto es que fueron numerosos (y muy meritorios) los artistas que empezaban a mostrar una actitud abiertamente disidente, discordante con el totalitarismo ideológico y social, que ya iba dando muestras de su cadavérico agusanamiento. Impulsados por el Cahiers francés, los cineclubs clandestinos y los esporádicos viajes a París o Londres, una generación de cineastas (como la poética, como la musical) acometió un sordo y poco agradecido "trabajo de demolición" cuya premisa fundamental era la subversión de formas establecidas para iniciar un diálogo diferente con el espectador y despertar su conciencia más crítica. Y uno de los nombres básicos para comprender esta pequeña pero decisiva fisura cultural fue el del santanderino Paulino Viota, que con sólo 22 años se rodeó de un reducido grupo de amigos, entre los que se encontraba el posterior crítico Santos Zunzunegui, para realizar una película clave, CONTACTOS. Y es clave por su insólito riesgo formal, pero sobre todo por iniciar una búsqueda propia, por supuesto que apoyada en sus referentes, no tanto (y esto es curioso) la nouvelle vague como el cine japonés de entreguerras (Mizoguchi y Ozu, primordialmente), lo que da como resultado un film áspero, sucio, incluso desagradecido. CONTACTOS es una película que desdibuja lo que normalmente conocemos como "cine de culto", puesto que apenas busca correspondencias cinéfilas ni con los cinéfilos, sino que se sirve de su estatismo para narrar sin explicitudes la asfixia de un país ahogado por su miseria moral. Es decir, en 1970 no se podía hablar abiertamente contra Franco, pero se podía sostener un plano de una calle en la que una chica está de pie, ha de ser el espectador quien imagine a quién está esperando (si es que está esperando a alguien), y luego ha de imaginar qué diablos habla esa pareja durante treinta segundos, a dónde van tras separarse, qué ocurre cuando se vuelven a encontrar en la habitación de ella... Recientemente, con motivo de los cuarenta años de este auténtico OVNI fílmico, Viota ha realizado varias conferencias en las que por un momento pareció emerger de nuevo aquella insurrección por el arte que, desgraciadamente, tan poco usual parece ser desde hace ya demasiado tiempo; y son estas voces diferentes, autorizadas, que una vez dieron un paso decisivo, las que ahora hacen falta como despertador causal. Aparte de eso, vean CONTACTOS y dense cuenta de que otro cine siempre puede ser posible.
Saludos entre ustedes y yo.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!