sábado, 12 de noviembre de 2011

La última frontera



Hoy estoy extrañamente rumboso, así que 2x1 al canto que te crió, por el mismo precio y sin IVA añadido, como en los viejos tiempos, vaya... Y resulta que, repasando los títulos que iba a comentar este mes, me salían dos seguidos casi con el mismo ídem, así que ¿por qué no matar dos pájaros de un tiro? Además, aparte de la anécdota reseñada, ambas están en las antípodas de su propia circunstancia fílmica. La primera es una cinta de culto... pero de culto culto; nada menos que el mediometraje (31 m.) que dio a conocer a uno de los nombres imprescindibles de ese otro cine que no parece tener cabida en los circuitos tradicionales de distribución. Me refiero a AFTERMATH, de Nacho Cerdá; y los entendidos en el género seguro que están asintiendo con la cabeza. AFTERMATH contiene casi todas las constantes que encumbraron a un tal Jorg Buttgereit hace 25 años, sólo que sublimados, estilizados y con una reflexión mucho más certera, profunda y, por tanto, terrorífica sobre el espinoso asunto de la necrofilia. Cerdá muestra a un personaje sin palabras, frío, seco, moviéndose con soltura en un espacio, la sala de autopsias, donde la mayoría de nosotros sólo podríamos sentir repulsión. Este personaje parece disfrutar cortando los cadáveres, eviscerándolos; vemos un cerebro en una balanza, la sangre cayendo a un enorme embudo... Lo que Cerdá introduce es la posibilidad del elemento nihilista, según el cuál la carne muerta queda exenta de su sacralidad humana, y, por tanto, expuesta a un posible saqueo. Primero, este tipo, en su desequilibrio, roba trozos que le irá dando de comer a su perro; no hay pasión ni regocijo, todo parece regirse por una extraña fuerza que le impulsa a traspasar todas las reglas y convenciones. Por supuesto, aparece el deseo necrofílico, exactamente igual que en NEKROMANTIK, y al igual que en la cinta alemana, Cerdá se muestra todo lo pudoroso que no parecía en los primeros minutos, lo que termina dejando una sensación extraña, como que siempre existirá la ficción como barrera insalvable y que, además, lastra este tipo de producciones, cuyo deseo de subversión parece constituir su motor principal. No deja de ser, sin embargo, una de esas escasas curiosidades de nuestra filmografía, poco o nada acostumbrada a que lo underground se tome en serio a sí mismo.
Saludos post mortem.

2 comentarios:

Kinezoe dijo...

Esta habrá que cogerla con la digestión bien hecha...

dvd dijo...

Sí, bueno... por lo menos dura media horita de nada. Un día voy a hablar de NEKROMANTIK, de las dos... ya veréis, ya...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!