jueves, 2 de junio de 2011

Alumnos y maestros #4



En 1993, el actor Mel Gibson decidió dar un importante y decisivo giro a su carrera; con su importante bagaje, y teniendo en cuenta el agridulce encasillamiento al que por entonces ya estaba definitivamente sometido, se puso tras la cámara para rodar THE MAN WITHOUT A FACE, una bella y nada complaciente parábola sobre los prejuicios, los miedos y la camaradería, pero sobre todo sobre la siempre difícil iniciación en esto de la vida. Nick Stahl, que luego se ha revelado como el magnífico actor que es, debutaba con apenas trece años para dar vida al alelado y desubicado Charlie Norstadt, que vive con sus hermanas y su díscola madre una vida de eterna itinerancia; leyendo comics y con frecuentes "lagunas" de atención, Norstadt llegará a un pueblecito costero, donde habita en un siniestro caserón "cara de hamburguesa", una especie de esquivo ogro local que atemoriza a los niños, aunque realmente apenas salga de su casa. Esta especie de monstruo de Frankenstein es en realidad un ex-profesor que arrastra un pasado atormentado por culpa de un desgraciado accidente de tráfico en el que quedó desfigurado y murió un prometedor alumno suyo. Norstadt se sentirá atraído por el taciturno profesor y entablará una especie de amistad no exenta de gruñidos y reproches, todo para lograr que le prepare para su deseado ingreso en una academia militar, cosa que hará con unos métodos realmente particulares. El rechazo de su madre, más pendiente de reclutar un nuevo marido que de la educación de su hijo, en la que nadie confía, y una serie de malentendidos, con sospechas de abusos incluidas, darán un dramático giro a lo que no es más que un quid pro quo intelectual/emocional en el que el chaval no sólo ha encontrado un estímulo a sus estudios, sino al padre que nunca tuvo, mientras que el profesor retoma brevemente su pasión por la enseñanza al tiempo que "humaniza" su situación personal. Gibson, que se reservó con acierto el papel del profesor, no se complica la vida con absurdas referencias ético-intelectuales y va al grano con una historia que se despliega eficazmente tocando varios registros y que confirmaba a un sólido narrador de interiores, algo difícil de creer si atendemos al grueso de su carrera como actor. Si no la han visto, no pierdan la oportunidad de descubrir este cuento contemporáneo acerca de los muchos caminos, no siempre fáciles, hacia el aprendizaje.
Saludos por la cara.

2 comentarios:

Kinezoe dijo...

Esta no la he visto, es más, ni me sonaba. Habrá que poner remedio... Por cierto, ¿has visto lo que nos llega ahora de este actor?... Me recuerda a South Park...

Raro, raro, raro...

dvd dijo...

Me suena a algo con Jodie Foster, que cada vez me inspira menos confianza. A mí, las tres pelis de este señor me parecen estupendas, incluso la de Cristo...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!