lunes, 20 de junio de 2011

En los límites de la realidad también todo es real



Con una originalidad y una seguridad en sí mismo, en su proyecto, pasmosas, inauguraba el cineasta chileno Raúl Ruiz la pasada década. Incomprensiblemente, COMÉDIE DE L'INNOCENCE es un (otro) excelente film que ha quedado arrinconado en una oscura esquina, sólo reivindicado (al igual que la filmografía del propio Ruiz) por cinéfilos verdaderamente apasionados de este cine, que sin ir más lejos, en perfecta sincronía, ha inaugurado la presente década con el que puede ser considerado sin rubor su mejor film (del director y de lo poco que llevamos de década), MISTERIOS DE LISBOA.
Pero centrémonos en esta extraña historia de fantasmas hiperrealista ¿puede ser eso? Casi bordeando un hipnótico juego filosófico, adentrándose en los terrenos de la moral, y coronando cada conquista con un saludable sentido del humor, nos es propuesto un dilema irritante y nada convencional: un niño niega a su madre, la llama de usted y le dice que quiere ir con su verdadera madre; lo que empieza como un juego, una postura de rebeldía pre-adolescente quizá, se convierte en un inquietante misterio cuando un día el niño desaparece. La madre, manteniendo el control a duras penas, logra dar con el niño, que se encuentra en casa de otra mujer; todo parece un malentendido... ¿o quizá es un caso de manipulación? Sin embargo, inteligentemente, Ruiz introduce poco a poco el elemento "X" ¿y si fuera verdad? ¿y si estuviésemos ante un caso de transmigración de identidad? Exquisitamente dirigida e interpretada (a destacar los dos papeles femeninos, en manos de Isabelle Huppert y Jeanne Balibar), COMÉDIE DE L'INNOCENCE es un disfrute para los sentidos, uno de esos films en los que percibes desde el primer fotograma que puede ocurrir cualquier cosa, y que jamás va a tomarle el pelo al espectador; un cuento fantástico sin efectos especiales, pero con intenciones claras y una historia sólida que contar. Muy recomendable en todo caso.
Saludos inocentes.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!