miércoles, 22 de junio de 2011

Vida más allá de Haneke



Lo siento, no se me ha ocurrido un título mejor para esta reseña; aunque puede que la cosa sea tal que así. Al menos, STRUGGLE, sin perder las constantes estéticas del director austríaco, intenta desmarcarse de ese cine reforzando sus reivindicaciones. El resultado es satisfactorio a medias, funciona siempre que nos enteramos de lo que está ocurriendo, que es casi siempre, pero su forzada escisión narrativa descoloca un poco y, peor aún, remata con un final tan convencional como sonrojante.
STRUGGLE es la silenciosa historia de una madre polaca que, desesperada por su situación económica y la subsistencia de su hija, decide irse a Austria, donde ejercerá los más diversos "trabajos" (entrecomillo esto porque normalmente yo lo denomino "explotación", y allá cada uno con su conciencia). Estaremos con ella recogiendo fresas, limpiando un matadero, la piscina de un ricachón... cualquier cosa que vaya saliendo sobre la marcha; Austria, tierra de las oportunidades, con el pequeño "pero" de que, al no tener papeles, puede venir la policía, meterte en la cárcel, quitarte a tu hija... En el otro extremo de la cuerda está la historia de un agente inmobiliario con casa propia, BMW en el garaje y un buen sueldo... pero sin vida; aburrido de todo, acude a ver a su madre al geriátrico y ocasionalmente consume porno extremo para hacer más llevadera su apacible pero monótona vida. La conjunción de dos vidas tan alejadas entre sí constituye el mayor reto de esta cinta desoladora, amarga, fría hasta el desdén; un tipo de cine que prescinde voluntariamente de cualquier floritura narrativa para que los hechos aparezcan ante el espectador con la mayor desnudez posible. En una desagradable ironía, el espectador quiere saber más, dónde desembocará la cruda peripecia de la madre polaca y qué diablos significa ese intrascendente oficinista, que come siempre lo mismo y se deja atar por extraños a los que paga por ello... STRUGGLE es cine del siglo XXI, intenta poner en orden algunas de las claves para entender qué significan las fronteras en una supuesta Unión Europea, en la que siguen ganando los mismos de siempre; desgraciadamente, su final (lo más flojo de la película) nos devuelve exactamente al punto de partida y no mucho más avisados de lo que pudiésemos estarlo al principio. Recomendable, en cualquier caso; y así nos olvidamos un poquito de Haneke...
Saludos esforzados.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!