miércoles, 8 de junio de 2011

Los arrinconados



Se asoma por primera vez a estas páginas indéfilas el cine de Bruno Dumont, algo lógico teniendo en cuenta que ni un solo film suyo se ha estrenado en salas comerciales españolas. Todo el mundo, sin embargo, habla de Dumont (en Cahiers, sobre todo), poseedor de una mirada propia, que podrá gustar más o menos, incomodar o hasta repugnar, pero que intenta por todos los medios ser "la mirada de Bruno Dumont", y no la copia de la copia de la copia... LA VIE DE JESUS fue su ópera prima, la que le puso en el disparadero en 1997 tras obtener una Mención Especial en Cannes; un descuadrado retrato de una pequeña ciudad al Norte de Francia, y en particular de Freddy, que vive con su madre que regenta un bar, que tiene epilepsia, que no tiene trabajo ni ganas de tenerlo y que distribuye su extenso tiempo libre entre las impetuosas salidas en motocicleta con sus colegas, los encuentros sexuales con su novia y una descacharrante banda de música local. No se equivoquen, esto no es BIENVENIDOS AL NORTE; Dumont es implacable, certero, impúdico. Éste es un relato sobre cómo la violencia nace incluso del tedio, de cómo el racismo es algo natural e implícito en cada uno de nosotros aunque jamás lo admitiremos; LA VIE DE JESUS no quiere contar una historia en sí, sino mostrar un momento, un lugar, unos personajes y que sea el espectador quien juzgue, que se incomode con lo que ve, que "aprenda" a hacer una crítica fundamentada en la experiencia audiovisual. Y tampoco se equivoquen con otra cosa, Dumont no se echa la cámara al hombro y nos revienta con otro "baile de San Vito" visual; su director de fotografía es un tal Philippe van Leeuw, y sus preciosos (y precisos) encuadres nos remiten antes al Scope que a las pequeñas producciones independientes; además, Dumont se muestra como un enamorado del travelling, tan en desuso hoy día, y de los grandes movimientos de cámara. Cine imprescindible, evolutivo, con pocos límites y un poderoso discurso que a mí personalmente me ha recordado al Pasolini más hechizante. Muy recomendable en cualquier caso.
Saludos vivos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!