miércoles, 4 de febrero de 2009

Una resaca mal llevada

A menudo los vemos, paseando por la calle o en esos enormes coches que nunca podremos tener; observamos sus inaccesibles mansiones y nos reflejamos en los cristales espejeados de los mastodónticos edificios que sirven de cobijo a esa complicada maraña de personas que, aparentemente, no hacen nada, pero que deciden el destino de casi todo.
¿Que por qué esto es así?... pues porque así lo hemos elegido ¿no?
En L´IVRESSE DU POUVOIR, Claude Chabrol ofrece más de lo mismo; esto es: todo lo antes descrito mas la insatisfacción de quien todo lo ha logrado (a nivel material, se entiende); el ascenso y caída del poderoso inmerso en un sistema corrupto; la lucha perdida de la honestidad; la maldad disfrazada actualmente de eficacia económica... en fin, nada que no se sepa.
Chabrol realiza su enésima aproximación a la podredumbre de la burguesía reventándola desde dentro, colocando su incisiva cámara al nivel de esa miseria moral y falta de escrúpulos que tan bien ha llegado a dominar. Aquí, Isabelle Huppert es una juez encargada de desentrañar una complicada trama de corrupción a diversos niveles institucionales. La inteligente paradoja del film estriba en la paulatina ascensión dentro del sistema de dicha juez, lo que implica el consiguiente dilema: ¿Cómo abstraerse de esa espiral requisitoria? ¿esa borrachera de poder? Huppert, contenida e irónica, una auténtica superwoman, es cada vez más poderosa al mismo tiempo que su vida personal se derrumba, hasta el punto (en una secuencia que habla por sí sola) de dormir en el armario temiendo por su seguridad.
Como ya dije en la reseña que dediqué a Chabrol el año pasado, estamos ante otro ladrillito en la obra de un paciente artesano; un director eficaz que hace mucho que desistió de hacer uso de una supuesta y vacía brillantez para no desviarse de los temas que le son fundamentales. Cine con vocación corrosiva, poseedor de esa alarma invisible que nos pone en alerta desde esos primeros fotogramas llenos de inquietud y que tanto gustan a Chabrol. Y que tanto debe éste a Hitchcock, claro.
Saludos sobrios... por hoy.

2 comentarios:

Eduardo dijo...

Burguesia o aristocracia republicana? Humm. Interesante, pero un Chabrol menor.

Capri c'est fini dijo...

Me pareció muy interesante Borrachera de poder, por el tema (poco visto) y por ser lo que Chabrol cuenta desde hace años. Como los grandes directores, ya es cosa de la casa. Huppert, perfecta para el papel, genial (le tengo adoración). Y siento disentir de comentario de Eduardo, creo que Chabrol sigue siendo fiel a su espíritu encadenando una película detrás de otra. Como Woody Allen son todas pequeñas piezas de un todo genial. Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!