jueves, 21 de octubre de 2021

Los amores tardíos


 

En una escena especialmente significativa, Elisa, muchacha bien, ya no tan joven, asustada de posibles bandazos sentimentales, roza el libro abierto que supone está leyendo Pablo, hombre maduro e inmaduro, marinero de timón suelto, probable suicida de los lentos, y luego entra en una librería a comprar la misma edición, de Austral, que siempre le fue tan bién a Baroja. Ahí se resume todo lo que cabe en LOS PÁJAROS DE BADEN-BADEN, liberrísima adaptación de la novela de Aldecoa, a cargo de Manolo Marinero y Mario Camus, y que, casi 50 años después, no ha perdido nada de su modernidad, al contrario, adelanta a una gran cohorte de cineastas españoles, algunos "afrancesados", pero no es el caso. La historia es clara, contundente, aun asiéndose de esas poesías desesperadas que parecen impregnarlo todo, el fracaso, la culpa, lo estéril y lo nimio, todo para incluirnos también a nosotros en esta historia de amor que no puede funcionar de ninguna manera, y que por ello es más verdadera y triste. Un amor que habla de soledades más que de felicidades, y un amor que se intuye en la seriedad de ella cuando descubre lo frágiles que son esas caricias de lobo de mar. No se puede ayudar a los orgullosos, no se debe, y por eso hay una fractura como chasquido de hueso cuando él accede a acompañarla a su mundo de junlais de camisita y chaletazo, donde casi unos puñetazos sean más dignos que ese falsísimo afecto familiarizante. Y cobran más sentido aún las tardes de plena libertad, con el torso siempre desnudo de él y la comprensión entregada de ella; queda todo para un verso insuperable de Claudio Rodríguez, tan amargo como un vinazo en un jarrillo de lata desconchada. 
Estupenda e increíblemente olvidada película de un director tan seguro de sí mismo, que era capaz de despistar al más avisado con un arranque que invoca un desarrollismo indignante. Nada más lejos, como la estremecedora partitura del maestro García Abril, otra maravilla...
Absolutamente contemporánea.
Saludos.

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!