martes, 6 de julio de 2021

El perjuicio de la duda


 

Es muy difícil contar las cosas como son. "Como son". Y en el cine se tiende a hacer dos cosas para evitar una herida imposible de sortear una vez abierta. Se acelera el ritmo, proponiendo ese agradable aroma de "lo entretenido", o también se va desplazando el eje, y sin qu nos demos cuenta estamos en "lo que de verdad importa", cuando esa médula de la historia siempre está en la minuciosa apreciación de los detalles. Esto es más fácil de verificar en el documental, donde se crea un curioso juego de espejos invertidos: a más realidad, mayor creatividad. La directora australiana Kitty Green proviene del documental, y tras estremecer a la crítica con sus durísimas visiones sobre la prostitución institucionalizada en Ucrania, en 2019 filmó la visión más lúcida, áspera e inclasificable del #meToo. THE ASSISTANT no empodera a nadie, más bien toma nota de lo que el día a día del trabajador moderno (con muchas comillas esto) significa, haciendo que todo gire en torno al no mirar, noescuchar y no hablar... incluso si tu jefe es un déspota psicótico, un depredador sexual a quien todos pondríamos nombre, y que sin embargo no aparece ni una sola vez en escena. En lugar de ello, Green pega la cámara a la superlativa interpretación de Julia Garner, testigo mudo e impasible de cada abuso o vejación, pero también del pestilente código de silencio establecido en la oficina de este "gran productor". Ella es una de las asistentes, pero casi podría ser confundida con una "chica para todo". Y aquí está la gracia, porque precisamente no lo es para todo, y es requerida para cualquier cosa menos para "eso", mientras jóvenes sin oficio ni beneficio desfilan por un despacho convertido en trituradora de personalidades. No es nada sencillo, insisto, hacernos ver con tanta elocuencia lo que pasa diariamente, mientras la angustiada mirada de esta chica (que también quiere ser productora) nos suplica que no elogiemos el dilema, sino que simplemente mostremos algo de empatía. Más que nada para que no nos acusen de subirnos al carro demasiado tarde.
Inexplicablemente desapercibida hasta hace muy poco, supongo que la pandemia se la llevó por delante en el momento de su estreno. Pero su potente vigencia la hace de imprescindible visionado, aunque parezca que no pasa nada, porque sí pasa, siempre pasa...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!