viernes, 23 de julio de 2021

Películas para desengancharse #90


 

Y también, por supuesto, PREDATOR. Summum del blockbuster por la cara, a la mayor gloria de Arnold Scwarzenegger, que se confundía con los árboles no sólo por el camuflaje, sino por tener ambos casi las mismas líneas de diálogos. Hoy día puede parecer casi una boutade, pero si hay algo que no le falta a este mítico título son defensores a ultranza. Y no les falta razón. McTiernan no engaña a nadie, ni intenta creerse mejor director de lo que es, y mucho menos un director diferente. Lo suyo es la efectividad, el ritmo, los golpes de efecto bien medidos, y llevar de la mano a la estrella de turno, para que se endiose lo preciso. Si obviáramos al bicho (convenientemente invisibilizado durante gran parte del metraje), estaríamos ante una cosa de esas de guerrillas, que tanta aceptación cobraban en los ochenta. La diferencia aquí es, por increíble que parezca, cuestión de sutilezas; como jugársela al dotar de entidad propia a cada personaje, o priorizar a un monstruo que es cualquier cosa menos tonto, y que, sabiéndose superior, destila un inusitado espíritu deportivo. El resto es historia, con las sucesivas sorpresas, introduciendo este film en el universo de ALIEN, o con la horda de imitadores que intentaban replicar al "cazador de hombres". Más allá de los musculitos en primer plano, las chorradas machirulescas, o lo artesanal de algunas soluciones aportadas por el gran Stan Winston, PREDATOR ha quedado como lo que apuntábamos al principio: un entretenimiento con algún momento de goce visual, y bastante carnaza para un montón de gifs...
Se puede ver, sin duda, y no ha envejecido tan mal como podría esperarse.
Saludos.

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!