lunes, 16 de octubre de 2017

Siempre seremos niños



Esta semana, entre desenganches varios, la semana completa su trufado con tres de las mejores muestras del cine rumano reciente. Una cinematografía, la rumana, que demuestra seguir con muy buena salud, denunciando su penuria social al mismo tiempo que nos obliga a mirarnos con vocación crítica al resto de europeos. En este sentido, no cuesta afirmar que el discurso de Corneliu Porumboiu, sagaz, lúcido, necesario, pero también enigmático en su (aparente) sencillez y (demostrada) honestidad, lleva toda la última década desmontando mitos y construyéndose como voz autorizada de los que rara vez tienen voz. COMOARA es como un relato de aventuras debe ser, con la única particularidad de que, al desarrollarse en la actualidad y en lo que esporádicamente damos en llamar "vida real", no puede separar a sus personajes de su propia circunstancia social y moral, poniendo en duda todo lo que el cine de género omite por el propio desarrollo de la trama.
El argumento es tan simple como fascinante. Mientras le lee Robin Hood a su hijo, un hombre es requerido por su desesperado vecino para que le haga un préstamo, ya que está a punto de perder su vivienda; al ser imposible, éste le propone un descabellado negocio, contratar a un detector de metales y emprender la búsqueda del improbable tesoro que, afirma, se encuentra en una parcela abandonada de su propiedad. Así, Porumboiu mixtura con habilidad el misterio proveniente de la incerteza de la empresa, mientras el tiempo pasa infructuoso y saltan las dudas, los enfrentamientos y una crítica social en forma de exabruptos e infalibles topicazos. Al final, justo cuando la impresión es la de volvr al rigor analítico/semántico de POLICÍA, ADJETIVO, el director lo vuelca todo en una fantasía rocambolesca y extrañamente confortable. Efectivamente, como deben terminar las historias de aventuras...
Inesperadamente magnífica.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!