viernes, 13 de octubre de 2017

Películas para desengancharse #29



Sé que no estoy siendo muy consecuente con la segunda parte de este monográfico, no al menos en cuanto a lo que de calidad tienen estos títulos, que he escogido por motivos que están cerca de lo meramente subjetivo. Causas personales, que son las más difíciles siempre de transmitir y, por tanto, de recepcionar, pero que a mí siempre me han parecido las más interesantes y sugerentes. Recuerdo que hace tres años apareció por aquí CADENA PERPETUA, a la que apenas le podía reprochar que fuese artífice de una estela interminable de títulos similares, cuando no burdas y pálidas copias que jugaban a exprimir las posibilidades del drama carcelario, subgénero que, aunque no lo crean, tampoco ha dado demasiadas referencias memorables. Una que sí lo es, estuvo dirigida por el rocoso Stuart Rosenberg y casi monopolizada por Robert Redford, que pasaba por uno de sus mejores momentos interpretativos en 1980, año en el que se estrenó BRUBAKER. El guion, vagamente inspirado en un suceso real, narraba la alucinante odisea de Henry Brubaker, que ingresó en una prisión como recluso tan sólo para comprobar de primera mano la corrupción y continua transgresión de los derechos humanos a la que se veían sometidos los presos. Ante el asombro e incredulidad de todo el mundo, Brubaker se revela como el nuevo director, y empieza a tomar decisiones radicales para reformar un sistema interno profundamente injusto. BRUBAKER es, ya digo, lo que se suele denominar como un film sólido, sin apenas resquicios estructurales, que sabe muy bien lo que quiere contar y cómo, y que tiene un inconfundible aroma a vieja escuela. Una película que sorprende a quien aún no la ha visto y reconforta a quien la recupera, pero a la que uno podría reprocharle indirectamente el mismo pseudodefecto que a la cinta de Frank Darabont. Sí, a partir de ahí nos tuvimos que tragar muchos bodrios entre rejas y dirigidos por ineptos con sobredosis...
Ahora bien, sigan mi consejo y véanla.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!