jueves, 10 de septiembre de 2015

Ser honesto o ser fuerte



En estos tiempos tan raros en los que vivimos, tiempos en los que quienes provocan un genocidio con su avaricia desmedida pasan a ser ángeles salvadores mediante el viejo truco católico del "siente a un pobre a su mesa", el cine aún dice un par de cosas sobre algo tan minusvalorado como la integridad. Eso no se come, ni sirve para pagar las facturas; es el Titanlux de las rejas de principios de siglo. En A WALK AMONG THE TOMBSTONES, Scott Frank, que ya dejó muestras de su buen hacer en la ignota THE LOOKOUT, se inviste del espíritu olvidado de sus mayores (huelgan nombres) y lanza la pedrada a mayor gloria de Liam Neeson, ahora mismo, el único actor, junto a Nicolas Cage, que puede presumir de ser él mismo un género. El "cine de Neeson" es el del tipo vapuleado, un poco trasnochado, fuerte, honesto, con un pasado a olvidar y un futuro más negro que el alma de un político, y que va a tener la oportunidad de realizar ese último acto de redención, destrozando malhechores y rescatando inocentes. El gran acierto es que Frank elude todo psicologismo fatuo y va al nervio central de la trama; en realidad, hay mucho de Chandler en la novela de Lawrence Block, ya que todo parte de un sorprendente arranque: el detective, apartado del cuerpo de policía, es contratado nada menos que por un traficante para que encuentre a los asesinos de su esposa, unos tipos que son retratados como una suerte de psicóticos fetichistas, a los que es casi imposible seguir la pista. Así, lo que tantas veces hemos visto en lo peor de la serie B americana (Bronson, Norris), el cine de mamporros justicieros, se transmuta en un emocionante recorrido por los rincones más oscuros de una sociedad que evita mirar abajo, y que envía a ese infierno a hombres como Matt Scudder, cuya maldición es no saber exactamente quién se merece más un balazo...
De lo más entretenido que he visto últimamente.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!