domingo, 14 de junio de 2015

Rincón del freak #197: Las bondades del sistema explotador



Hoy me veo en la obligación de comenzar la reseña dominical con una advertencia y una denuncia. Aún me dura la indignación tras asistir a la enésima prueba de que a la gente (sí, a todos nosotros) se nos trata como imbéciles adocenados, y pese a que cada vez es más caro ir al cine, esto no sólo no es estimulado, sino que se ha convertido en una sucesión de abusos que ponen a prueba nuestra resistencia como espectadores de un espectáculo por el que pagamos, y mucho dinero me parece. No diré nada de la vergüenza de los quince minutos de anuncios, porque me parece que a la gente esto le da igual, aunque estés pagando por otra cosa diferente a lo que reza en la entrada. No, porque en el cine Nervión Plaza (cubículo al que no pienso volver en mi vida y al que les conmino para que no lo hagan ustedes) han impuesto la norma de ofrecer en la misma taquilla un bono por el que la entrada cuesta 5€; el problema es que la señorita taquillera ha de cumplir a rajatabla la directriz de soltar un discurso interminable, y luego, si el interpelado acepta (tras divagaciones y preguntas al respecto), ha de rellenar un formulario con todos sus datos. No exagero si digo que esto terminó completamente con mi paciencia, ya que sólo tenía a tres personas delante y tardé en comprar la entrada unos 45 minutos... ¿A que es acojonante? Y súmenle el hecho de tener que estar a pleno sol (les recuerdo que vivo en Sevilla) con mi hija, lo que no parece importar mucho a estos empresarios hijos de puta, que sólo piensan llenarse los bolsillos a costa de quienes tragan impasibles con todo. Yo me hubiese marchado, pero era una película que le había prometido a mi pequeña y al final, a regañadientes, y con hoja de reclamación de por medio (¡Un aplauso para Rosa!), e incluso un bochornoso y kafkiano discursillo defensor por parte de un empleado de seguridad que no sé qué diablos pintaba allí, pagué los 8€ que a día de hoy vale ver una película, porque para ahorrarte tres debes hacer esperar a todo el mundo que está detrás tuyo.
Y ya. Una vez desahogado, no emplearé mucho tiempo para la sección de hoy, aunque la verdad es que me viene que ni al pelo, porque alguien coló una película en la Sección Oficial de Cannes'77, o no me explico que diantres pintaba CAR WASH allí, un blaixploitation escrito por un primerizo Joel Schumacher y que, en clave de comedia musical, narraba las andanzas de un día en la vida de los empleados de un lavadero de coches. Esto, en esencia, consistía en un montón de chorradas con una incesante e insufrible música de fondo. Pero ya se sabe que la explotación, si es con música y chistes, entra pero que mucho mejor, claro. Para colmo, en el cartel publicitario los que salían eran Richard Pryor y George Carlin, que eran muy conocidos por entonces, pero que entre los dos sumaban apenas cinco minutos en toda la película. Aunque para los nostálgicos, puede resultar traumático ver al mítico Antonio Fargas haciendo lo mismo que hacía en Starsky & Hutch... Ustedes mismos. Y sean críticos...
Saludos.

2 comentarios:

David dijo...

¿Para qué vamos a ser más críticos de lo que has sido tú ya?
45 minutos. Entre tres sale a unos 15 minutos cada hoja de formulario.
¿no sería mejor hacerlo por la red o que bastara con comprar un bono enseñando el carnet y ya está?
Pero como eres un padrazo, pues eso...
Sí, qué mal está el mundo, tocayo (no solo por estas cosas, claro).

dvd dijo...

En lo que se ha convertido el ir al cine es, en realidad, el pastoreo bovino de los centros comerciales. Vale que habrá quien vaya a echar el día de tiendas y eso, pero al que sólo quiere ver la película no lo pueden tratar como a un gilipollas. Yo calculé que para ver una sesión a tiempo debías ponerte en cola una hora antes, y luego las salas están medio vacías. Eso es un mangazo en toda regla y la constatación de que a los mercaderes no les interesa la cultura, así que yo a ese "cine" no vuelvo. La lástima es que el SEFF lo proyectan ahí, que ese es también otro temita para hablar largo y tendido...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!