miércoles, 3 de junio de 2015

El planeta de los premios



Hace poco, con unas amigas, salió "el tema" (porque a estas alturas es "el tema") del Premio Planeta, azote de la literatura de calidad y fábrica de monstruos intocables, como totems de los que el nombre ya les hace un parapeto impenetrable a su obra, por discutible y anquilosada que ésta pudiera llegar a ser. No lo creo en el caso de Juan Marsé, puede que de los ganadores más reivindicables del certamen, aunque algo de esto hay (ha habido) cuando se le ha intentado llevar a la pantalla, que ha sido mucho y muy mal. LA MUCHACHA DE LAS BRAGAS DE ORO, por ejemplo, es la novela por un lado y la película por otro; la primera es la agónica letanía de una conciencia mortificada por el pasado y que se refugia en una inesperada última carnalidad, una especie de "Lolita" invertida y de tono más plomizo; la segunda es la obra de Vicente Aranda, que excepto en los personajes borra a Marsé y lo convierte en "Memorias de un viejo empalmado". El resultado es una película viejísima, artrítica, de actuaciones bochornosas y un uso del flashback sonrojante, aunque aún más pretenciosa es la voz en off del doblador de Lautaro Murúa (porque no habría actores españoles, supongo). Mención aparte merece Victoria Abril, en el que posiblemente sea el papel que más daño le hizo a su carrera; le forjó un nombre, sí; la sacó del 1 2 3, sí; la convirtió en musa eroticofestiva del tardofranquismo, sí; pero también la obligó a vivir en un constante estado de atemporalidad, lo que en su caso se ha terminado traduciendo en papeles cada vez peores a medida que sumaba años.
Si Aranda comenzó los sesenta emulando al Godard de ALPHAVILLE, clausuró los setenta con tímidos insertos de LA CHINOISE, porque España, en el 79, seguía mirando la modernidad desde el púlpito de los asalariados.
Por cierto, no es que me quite el sueño, pero si a alguien le diera por restaurar esta cinta decentemente, a lo mejor hasta ganaba, porque la copia que circula es horripilante en imagen y sonido.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!