domingo, 7 de junio de 2015

Rincón del freak #196: El día en que los chinos empezaron a vendernos gilipolleces



LA MIRADA DEL OTRO es, posiblemente, la peor película de Vicente Aranda, una de las peores películas del cine español (que ya es decir mucho) y una de las mejores adaptaciones literarias que he visto, porque la novela de Fernando Delgado (¡Otro premio Planeta!), que tuve el dudoso honor de leer en su momento, es un horror aún mayor, por lo que su puesta en imágenes es ya un mérito en sí mismo. Pero no hablemos de supuesta literatura, sino de supuesto cine, porque parece increíble meter el gol del exhibicionismo impúdico de la peor época del destape y barnizarlo con un nosequé de moderniqui desfasado, con gente bebiendo whisky sin hielo a todas horas y exudando tanta empatía en sus renglones, apenas farlopados, como un anuncio de Galerias Preciados. La señorita protagonista es insoportable, una niña pija caprichosa y amamonada que se merece punto por punto cada cosa que le pasa, sobre todo las malas; resulta que trabaja (es un decir) en una empresa de telecomunicaciones de aquellas fantasmales que luego se ha demostrado que nos llevaron a la ruina actual, cuya "importantísima actividad empresarial" consiste en comprarle baratijas a los chinos, pero a precio de oro, en este caso un cacho de plástico con una grabadora y una cámara, tontada con la que la muchacha pasará las horas muertas grabándose a sí misma diciendo paridas engoladas. El compendio de actos terroristas que compone esta barbaridad es difícil de resumir, pero lo dejaré en dos o tres pinceladas. 1- Miguel Ángel García bate el récord de inexpresividad, al poner exactamente la misma cara para una pelea, un polvo y una declaración de amor. 2- La actividad neuronal de la protagonista (una perdida Laura Morante, con lo buena actriz que es) queda de manifiesto en el hecho de que tiene la feliz idea de volver al mismo sitio donde fue brutalmente violada... No me pregunten con qué fin. 3- Esta película contiene la escena más jocosa, ridícula y WTF! de la historia del cine (no del español, del mundial), que esbozada rápidamente sería algo como: "Estoy en una fiesta que da Miguel Bosé y cuando me quiero dar cuenta viene Ana Obregón y me coge de la mano y me lleva a una habitación donde está Alonso Caparrós haciéndose una paja con una revista porno. La Obregón se despelota (y, amigos, esto no lo olvidaréis jamás en vuestras pesadillas) y saca un frasquito, pero, evidentemente, esto no hace eyacular al pobre Alonsito, sino todo lo contrario, así que me tengo que quitar yo las bragas y poner mi granito de arena. Acabada la faena, la Obregón recoge lo que puede en el frasco, se viste con premura y, dándome las gracias, se encamina a la clínica de fertilidad...................................."
Si esto no es "El Horror"...
Saludos.

5 comentarios:

David dijo...

No he visto esta película (ni la veré; y no se me ocurre revisitar a Aranda porque no me va). Pero curiosamente sí he leído el guión de esta peli (el guión, no la novela). Si ya me parecía flojo el guión, pues a ver la peli..

Buenos días.

David dijo...

Ah! No te he dicho nada, porque se entiende,y parezco un pesado con estas cosas, pero bueno...es superior a mí

y cuendo me quiero cuando

dvd dijo...

El segundo comentario no lo entiendo.
Respecto al primero, no, no la veas, por lo que más quieras. Yo tampoco soy un entusiasta de Vicente Aranda, pero ya que lo había puesto poco he visto conveniente dar un somero repaso a sus películas tras conocer su fallecimiento. Creo que era un tipo con voluntad y personalidad, pero muy discutible como cineasta, y pésimo eligiendo guiones...

David dijo...

Que tienes una errata en la entrada. Has escrito cuendo en lugar de cuando. Que no merecía la pena ni decírtelo, porque no es una falta gramatical, ni una errata en nombre o apellido, pero bueno...

dvd dijo...

Bueno, listo... Esto demuestra dos cosas, que efectivamente hay alguien que me lee con atención (cosa que agradezco) y que escribir a toda pastilla tiene sus consecuencias...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!