lunes, 1 de octubre de 2012

Sustitutos



Al director griego Yorgos Lanthimos se le esperaba desde aquella pequeña conmoción que supuso KYNODONTAS; y, teniendo en cuenta su querencia por explorar los límites de la conducta humana, a casi nadie se le escapa que su siguiente paso iría en esa línea. Efectivamente, ALPS mantiene la misma frialdad formal y pone en manos de personas "robotizadas" un misterioso cuento de suplantaciones y distorsión de la realidad, cuyos méritos, que no son pocos, quedan a merced de ese "paso más allá", que por supuesto el espectador más avisado espera que sea siempre sin red. No es el caso. Pese a su apariencia suicida y anticonvencional, ALPS bebe de sus propias fuentes (pop indie, diseño nórdico, interpretaciones paródicamente "bressonianas") y las convierte, en un acto de gran habilidad, en su propio motivo de existencia. Se trata de cuatro personas, digamos que "raritas", que crean un grupo dedicado a la suplantación temporal de difuntos. Estudian las aficiones y conductas de los fallecidos y ofrecen "hacer de ellos" durante un tiempo, hasta que el dolor haya disminuido. Ya de entrada todo parece una broma, y el cine de Lanthimos lo remarca tanto que incluso sus dos o tres momentos de pétrea comicidad resultan más bien inquietantes (uno de los "Alps" le lanza una pelota de tenis a una moribunda; mientras, su padre baila con una mujer bastante más alta que él...), y uno queda definitivamente desorientado. Afortunadamente, en la recta final, Lanthimos decide centrarse en un solo personaje y desmenuzarlo; es ahí donde encontramos las escasa trazas de clarividencia, y entendemos. Entendemos por qué alguien se prestaría a "ser" otra persona que ya no existe: porque ella misma carece de una vida propia.
Véanla sin prejuicios, puede que les sorprenda.
Saludos suplantados.

1 comentario:

Mister Lombreeze dijo...

Sí hombre, a mí ya me ha visto este pajaro.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!